Lancho contratado para la Feria de Tovar, Venezuela
Magaly Zapata
El
primero de Lancho fue de San Pedro. Noble sin clase que no humilló y
dio justa pelea en varas. Se lució con el capote al llevarlo al caballo
galleando por chicuelinas. El toro fue agradecido toreándolo como él
necesitaba, sin obligarlo nunca. Estocada por el hoyo de las agujas. Dos
orejas.
Al segundo de su lote del mismo hierro un colorado que tuvo
bonitas hechuras, Lo recibio a la verónica y las ultimas mirando al
tendido. Ahí ya mostró su temple natural. Lo cuidó mucho en varas porque
el toro se empleaba. Quita por chicuelinas y la gente entró rápido en
la faena que uso despacio por ambos pitones, disfrutó y conectó. La
estocada algo desprendida que no fue suficiente y volvió dejando arriba
el acero pero se demoró en caer y perdió los trofeos. Vuelta al ruedo.
Alfonso
de Lima lidió un toro de Paiján y otro de Salamanca. El de Paiján
manseó mucho y pocas opciones tuvo más que lidiarlo muy aseado. Demoró
en despacharlo. Silencio.
Al de
Salamanca lo recibió con una larga de rodillas muy ajustada, sacó la
raza de toreo y amor propio. Estuvo muy entregado pero no tuvo mucho
material. Tesonero le roba algunas tandas conectando con el público.
Oreja.
Antes de la corrida Lancho
acudió al comedor social La Providencia y fue recibido por los niños que
alegres recibieron el donativo.
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