La experiencia es sencilla, pero hay que trabajársela. Los socios del Club Cocherito están consiguiendo modificar el clima de opinión en torno a la Tauromaquia. Con seriedad y educación, todo se basa en un grupo que el club ha creado para sus socios y amigos en Whathsap, en el que ya operan ya más de 500 inscritos y al día se entrecruzan mensajes a cientos; de hecho, como si fuera un "servicio 24 horas". Y de lo más diversos, pero siempre taurinos. Cuando, además, detrás se tiene el sustento de un club que se ha convertido en Bilbao en todo un referente por la variedad y el interés de sus continuas actividades, la conclusión es rotunda: "sí se puede"… trabajar en defensa de la Tauromaquia. Lo único que se necesita es imaginación y trabajo; lo demás lo ponen las modernas tecnologías. |
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En
su momento la dirección cocherista creó en Whathsap un Grupo con el
nombre del club y se invitó a los socios y amigos a participar. La bola
empezó a rodar y en pocos días ya pasaban de 500 los que se
involucraban en estas conversaciones telemáticas. En unas ocasiones para
dar una información que no aparecía en los medios convencionales, en
otras para dar cuenta de un festejo que estaban presenciando, en otras
muchas era para movilizar la opinión cuando en el horizonte de avistaba
una tormenta. Hasta para mover al que pensaba a favor, pero no se había
planteado que también él podía hacer algo por la causa de los toros.
Y
todo sin ningún tipo de dirigismos ni de consignas; cada cual se
expresa a su manera y con sus propias ideas. Ni pretendiendo dar
lecciones a nadie, tan sólo poniendo en práctica, sin utopías que nunca
se alcanzan, lo que tenían a mano realizar. Pero siempre con un
denominador común muy asentado: no cruzarse de brazos, sino salir a
defender y promocionar hoy la Tauromaquia, un empeño común y compartido
en el que todos los aficionados se debieran involucrar.
La
realidad es que han conseguido formar, en el buen sentido, un ruido
monumental, influyen en la vida ciudadana y tienen eco en los medios
informativos. Además, no tienen empacho en aportar, aunque la otra parte
escuche poco, ideas nuevas a los gestores de la Plaza de Vista Alegre,
un poquito anquilosados como están, para revitalizar las Corridas
Generales[1]; o para dirigirse a las autoridades locales para defender los derechos del aficionado y las propias tradiciones de Bilbao.
Guardando las distancias, que el término resulta espinoso en ocasiones, se han convertido en un auténtico lobby
local en defensa de los aficionados Y lo dicho, sólo a base de trabajar
con constancia y sin que haya de invertirse un solo euro. Les ha
bastado el dichoso Whathsap, en el que se cruzan al día muchos cientos
de mensajes. A partir ahí, como ocurre en la mar, se van creando olas
expansivas y los mensajes van llegando a terceros. Al final, se crea un
clima de opinión, que por lo menos contrarresta los que crean otros a la
contra.
Hay
que reconocer que liderar esta tarea no es precisamente cómoda. Sobre
todo cuando se trata de un marco tan concreto, una ciudad en la que todo
el mundo taurino y no taurino se conoce, donde de modo necesario llega
un día en el que hay pisar un callo. Y eso es un incordio,
enseguida viene la llamada de éste o aquel, que se siente alguien en la
sociedad local, pidiendo explicaciones. Pero cuando se aborda una
propuesta de trabajo de esta naturaleza, hay que dar por supuesto, hay
que asumir de antemano, que el empeño no será un camino de rosas. Nada
nuevo: es la vida misma, salvo que se elija caminar de perfil, para que a
uno no le moleste ni el viento que sopla, con tal de contentar a todos a
la vez; abrazando farolas por la calle así, sabido es, nunca se
construyó nada serio.
Si
ya el Cocherito venía viviendo una etapa muy en alza, promoviendo
actividades de todo tipo --hasta un club de lectura taurina-- y con muy
buena aceptación, hoy se está convirtiendo en un Club que ha conseguido
crear un clima participativo en el que nadie que quiera se siente
excluido.
La movida taurina que ahora ha organizado debiera ser un ejemplo de que en efecto “sí se puede” trabajar para cambiar las cosas, que no hay que esperar a que otros --un otros
que casi nunca tiene concreción--, nos saque las castañas del fuego. Si
el mundo del toro fuera capaz de abrir muchos pequeños y locales focos
de opinión como éste, aprovechando las posibilidades que las tecnologías
hoy nos ofrecen, probablemente el clima social sobre la Tauromaquia
iría teniendo un horizonte mucho más despejado.
Solo
hacen falta ganas de dedicarle al asunto todos los días un rato. Y
hacerlo con educación y sin desánimo, que ésta no es batalla que se gane
en un día y por un mensaje; hace falta un trabajo capilar y continuado.
Al final, se comprueba como en Bilbao sí se está pudiendo hacer frente a
quienes quieren denostar, de hecho o de palabra, la realidad histórica
de la Tauromaquia, sin necesidad de ir a confrontación alguna: basta con
explicar y volver a explicar cuantas veces haga falta nuestras propias
realidades, nuestros propios derechos a pensar como pensamos, nuestro
derecho a vivir con libertad. También en nuestras aficiones, legítimas
como son.
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[1] Sin ir más lejos, este 26 de mayo publicaba el diario El Correo, de Bilbao, una página con el siguiente titular: “1.350 socios del Cocherito urgen a la modernización de los festejos taurinos y de Vista Alegre”. Y añade el diario: “Plantean
una mayor actividad en las redes sociales, la explotación del comedor
del coso y la organización de una miniferia fuera de agosto y novilladas
nocturnas”.
Pero en esta misma fecha, se produce otra noticia: “El Ayuntamiento rechaza someter a consulta las corridas de toros en Bilbao”. Quienes seguimos en Whathsap el Grupo del Club sabemos lo mucho que los socios han batallado por ese tema. Y se ha ganado.
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