En los últimos 25 años, la Plaza de Toros México sólo ha sido rentable durante dos años, revela Miguel Alemán Magnani, presidente ejecutivo de ABC y Aerolíneas Interjet.
Plaza de toros. (Foto: Archivo.)
Miguel Alemán Magnani, presidente del Grupo Alemán, asegura que no dejan la operación de la Plaza de Toros México, a pesar de que durante dos décadas han puesto dinero a la corridas de toreros consagrados y novilleros.
“(La Plaza de Toros) no es un buen negocio porque hemos puesto dinero en algunas ocasiones”, dijo el empresario a Forbes México.
Enrique Hernández
“Reestructuramos la administración de la Plaza México, no nos retiramos del negocio y seguimos ahí”, explicó Alemán Magnani, quien afirma: la realización de las corridas de toros en el recinto ubicado cerca de Insurgentes es por el gusto y pasión a la fiesta brava.
“Después de 25 años hemos salido casi tablas, hemos tenido que poner dinero 20 años y hemos ganado sólo en 2 años”, expone el también responsable de dirigir Interjet.
La temporada grande inicia cada año entre el último domingo de octubre y el primero de noviembre. Y tiene una duración mínima de 12 corridas, aunque casi siempre se extiende a 20. En ese espacio se realiza también la temporada de novilladas o temporada chica, con menor afluencia de público, celebrada anualmente durante el verano con una duración reglamentaria de 12 novilladas.
La Plaza México fue inaugurada el 5 de febrero de 1946 con una corrida en que participaron los diestros mexicanos Luis Castro El Soldado y Luis Procuna, y el español Manuel Rodríguez Manolete, con toros de San Mateo.
A pedido del empresario yucateco de origen libanés Neguib Simón Jalife se edificó la Monumental, que era parte de una ciudad deportiva que se construyó a las afueras de la todavía apacible capital mexicana.
El proyecto pretendía la construcción de una alberca, pistas de boliche, canchas de basquetbol y voleibol, un estadio de futbol (el actual estadio Azul) y la plaza de toros, así como un centro comercial y de espectáculos con restaurantes y salas de cine.
Por problemas financieros de los inversionistas sólo se construyó la Plaza de Toros México y el estadio de futbol del Cruz Azul.
El ingeniero mexicano Modesto C. Rolland fue el responsable de levantar la Plaza en uno terrenos que ocupaba una ladrillera en la colonia Nochebuena.
El foro tiene capacidad de albergar a más de 42,000 personas. La Plaza fue adornada en sus fachadas por diferentes esculturas, todas de tipo taurino, obras del maestro valenciano Alfredo Just.
La Monumental está dentro de las tres plazas de toros más reconocidas e importantes a escala mundial. Ahí están la Plaza de Las Ventas, en Madrid, considerada como la Catedral, y la Plaza de la Real Maestranza de Caballería, en Sevilla.
Sin romper lazos
Hasta ahora no se ha definido quién será el socio responsable de la administración de la Monumental una vez que Herrerías se retire.
“Hay varios grupos interesados” en participar en la administración y operación de la Plaza de Toros, recuerda el también presidente ejecutivo de ABC y Aerolíneas Interjet.
Estar al frente de la Plaza México es el premio mayor para los taurinos en México y el resto del mundo, considera. “Es muy fácil destruir, pero lo importante es administrar el negocio”, expresa Miguel Alemán Magnani.
—¿Ya no van de la mano con Rafael Herrerías en la Plaza México y en otros negocios?
—El doctor Herrerías en los negocios de la familia y en todo lo que yo haga está invitado y vamos a ir juntos. Es una gran persona, pero en el mundo taurino hay muchos intereses y muchas personas que, en vez de ayudar a la fiesta, le hacen más daño que los antitaurinos.
“Los antitaurinos tienen una causa muy respetable y una motivación por la que están manifestándose, pero adentro de la industria hay muchos egos y todos quieren manejar la Plaza México. Entonces, hablar mal de la persona que está como administrador es lo más fácil para quedarse ellos con la operación.”
—¿Se aliarían con Javier Sordo Madaleno?
—No hay todavía una decisión en firme y estamos viendo muchas opciones.
Los herederos de Miguel Alemán Valdés son socios de Sordo Madaleno a través negocios inmobiliarios como Antara Polanco. En ese proyecto estos empresarios y otro grupo inversionistas destinaron más de 208 millones de dólares.
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