El Morenito de Aranda que se anuncia en los ruedos lleva dentro lo que nadie sabe por romperse la cara en la arena y que no cuenten con él ni en la Bilbao justa ni en la Pamplona generosa
JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO / FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ OLMEDO
Sabe que los triunfos, para él, no se pagan con contratos. Con esa dureza real afronta, desde que un 2 de mayo de 2015 saliera en volandas de Madrid, sus días Jesús Martínez. El Morenito de Aranda que se anuncia en los ruedos lleva dentro lo que nadie sabe por romperse la cara en la arena y que no cuenten con él ni en la Bilbao justa ni en la Pamplona generosa. Con él no lo han sido, y así lo expresa el torero para CULTORO un día después del cierre del ciclo isidril.
Jesús, antes que de ausencias vamos a hablar de las presencias y los triunfos de este año, porque San Isidro vio un Morenito con un toreo eterno con la corrida de El Ventorrillo, supiste verlo y lo supo ver la gente, ¿cuál ha sido el runrún de tu cabeza estos días?
Ha sido una faena muy de Madrid. Desde primera hora, en una corrida que estaba saliendo muy difícil y complicada, estaba muy metido e intenté que por la mínima posibilidad que me ofreciese el toro, pudiese mostrarme tal y como soy, en plenitud. Con el capote, en cuanto lo paré me puse a pegar lances buenos. Con la muleta pronto me puse a torear y desde primera hora hubo mucha intensidad y mucha emoción, mucha pasión en la faena. Fue una faena muy bonita, pero no sólo me quedo con esa faena, sino con la Feria desde el principio hasta el final. Ha sido un paso por San Isidro muy importante, de mucho querer y de toreo. La verdad que estoy muy orgulloso de mi paso por San Isidro.
Fueron tres tardes, una en Resurrección con el encierro de Martín Lorca, otra con la de Montealto ya en Feria y, también en el serial, con la de El Ventorrillo. Tuvo que ser en la última… ¿sentías que le debías algo a Madrid o tenías con confianza en la plaza tenía fe ciega en ti y en tu toreo?
Para mí era importante triunfar, porque a mí no me vale ni tener buenas tardes ni triunfar, pero sí que es verdad que desde el primer momento no me quería dejar nada. Creo que desde la tarde del Domingo de Resurrección, que quizá fue una tarde más para mí que para los demás –porque hay momentos en los toreros que no son redondas, pero interiormente te vienen bien, como aquella-, pero sobre todo San Isidro desde antes de hacer el paseíllo mi idea era de máxima responsabilidad. Quería que aquello fuese importante y que mi carrera diese un paso más al frente. Por eso por encima de la repercusión y que te sirva para torear más o menos, es una satisfacción importantísima.
Qué grande que en los momentos importantes te vengan a la mente las personas importantes de tu vida, a pesar de la distancia y el tiempo. Hablo de Carlos Zúñiga…
Carlos padre es una persona con la que en mis inicios y hasta ahora, que han pasado diez años, hubo vivencias por encima de desencuentros y cosas que luego pasan. Por encima de todo hay que quedarse con lo positivo y con Carlos padre hubo una relación de cosas grandes que las llevaré siempre conmigo. Lo demás es injusto, por ejemplo el no estar en Burgos, pero no pasa nada. No tiene nada que ver una cosa con la otra. Que influyan cosas para que tú interiormente no sientas la realidad de lo que ha significado esa persona para ti sería injusto y sería una traición al alma. Por encima de todas las cosas que me surjan, siempre voy a tener en el recuerdo todo lo que me ha enseñado como torero.
Bilbao y Pamplona son dos bofetadas a la justicia taurina de dos plazas que siempre se han caracterizado por poner a los triunfadores del año y a los que se han ganado en la plaza los contratos.
Cuando uno se siente pleno delante del toro no va a hablar mal de las cosas, pero sí que es verdad que a uno los triunfos le sirven más y a otros no le sirven. El año pasado abrí la puerta grande de Madrid, corté otra oreja en San Isidro, fui a Pamplona, a Bilbao y a Bayona y en las tres no voy a estar. Esa es la realidad, después de tener tres tardes importantísimas en las que no hubo suerte de triunfar por los toros pero ahí quedó la voluntad, sobre todo Bilbao y Pamplona. No estoy en ninguna de las tres aun habiendo triunfado este año también en Madrid. Es duro y difícil el seguir manteniendo la ilusión de triunfar para poder torear y estar en el nivel más alto, pero no cabe duda de que sinceramente con lo único que me quedo es torear para mí y mostrarme delante del toro en la mayor plenitud posible que pueda alcanzar como torero para sentirme reconocido interiormente. No me queda otra forma de pensar. El año pasado lo llevé muy mal, pero injusto es no torear en Pamplona como tampoco en Bilbao. Pero hay que pensar que uno es torero por encima de todo, y que las cosas que tengan que llegarle a uno, llegarán, pero injusto es, y cruel también.
Tu apoderado ha declarado que serán en torno a la treintena las corridas que torees, ¿cómo tenéis pensado estructurar la temporada? ¿Cómo son las charlas de toros entre los dos?
No sé las corridas que tendré hechas o con las que terminaré, pero el maestro está siendo un apoyo importante en todo esto, sobre todo personalmente. Sabe enfocar estas cosas que a él le han pasado de una manera parecida, él ha pasado muchas cosas en el toro y tener su apoyo es importante. Es un torero de gran dimensión y calado y lo valoro mucho. El maestro por encima de todo porque estamos en el mismo barco, pero muchos profesionales también se están portando conmigo con sus palabras sensacional y eso también es un orgullo, y para uno como torero es un reconocimiento especial. Que tus compañeros matadores, los banderilleros te reconozcan el esfuerzo a uno le llena.
Un gesto bonito es digno de un buen momento. En su día ocurrió en Aranda, tu tierra… ¿te ronda, os ronda a José Ortega Cano y a ti algo similar?
Algo sí voy a hacer. Por encima de todo fue una tarde la de Aranda que me dio mucho interiormente de crecimiento como torero y persona por todo lo que hay que superar en un día con seis toros. No sé si voy a matar seis toros, pero algo especial sí que voy a hacer. A ver si con el tiempo se va definiendo todo mucho más.
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