Entre los diestros que vienen de España, encontramos a Domingo López Chaves, torero salmantino de Ledesma, el más veterano de todos los que se presentan en la Feria, pues tomó su alternativa en 1998 en La Glorieta y salió por la puerta grande, al cortar dos orejas a Bichero de los Hermanos Lorenzo. En general, ha toreado poco, debutó en Táriba en 2008 y viene de cortar una oreja en Vic Fezensac en Mayo pasado. Tiene fama de ser especialistas en corridas duras, pero seguramente aquí no habrá muchas oportunidades de apreciar esta faceta de su personalidad torera.
El segundo matador español que nos visita, es el pacense Israel Lancho, quien se doctoró en su tierra natal en 2007, durante la Feria de San juan de Badajoz. En Las Ventas sufrió en 2009, una aparatosa cornada de pronóstico grave, cuando el pitón de un toro de Palha entró y salió por el hemitórax izquierdo, lo cual hizo temer por su vida. Al reaparecer en Almendralejo, cortó cuatro orejas y un rabo a ejemplares de la vacada de Luis Albarrán. El 2012 en la plaza de Fregenal de la Sierra, municipio de la Provincia de Badajoz, su lugar habitual de residencia, se encerró en solitario y cortó cinco orejas y un rabo. Israel hace su debut en Venezuela y es imposible que lo confundan cuando pise la arena, pues es el torero más alto del mundo con 1,94 de estatura, lo cual le ha facilitado actuar de vez en cuando como modelo de ropa deportiva.
El tercero en discordia es Esaú Fernández, ya conocido en Tovar y Mérida por sus actuaciones de los últimos años, las cuales han dejado un sabor agridulce. El diestro tiene que asentarse todavía como torero y cuidar más sus modales como personaje público, pues no deja de tener cierto carisma que emborrona con su caprichoso comportamiento. Recordamos gratamente sus actuaciones pedagógicas con nuestros niños taurinos, pero sucede todo lo contrario con sus actitudes desafiantes y faltas de respeto con las autoridades taurinas de Mérida. Esaú, al ser torero debe ser valiente e inteligente, por lo que esperamos que tenga el coraje suficiente para pedir excusas y rectificar su conducta, con lo cual todos nos beneficiaríamos, empezando por el propio matador de Camas.
El represente galo en los carteles, es Jonathan Veyrunes, nacido en Nimes, la capital taurina de Francia, en donde obtuvo el grado en 2005. Es profesor en la Escuela Taurina de Tarifa, lugar histórico en Andalucía, pues fue seleccionado por los ejércitos moros para efectuar su primer desembarco en la península ibérica, en el año 711. Hizo su debut en El Vigía, en noviembre de 2015, pero sin mucha oportunidad de lucimiento. Hay expectativa por ver su actuación en Tovar.
La novillada nocturna de la Feria, está prevista para el sábado tres de septiembre, cuando la primera corrida es el viernes nueve, lo que no resulta muy fácil para los que tenemos que viajar, con un lapso de seis días entre ambos festejos. De todas maneras hay que decir que la novillada con picadores luce interesante, algunos de los novilleros ya los habíamos visto en la feria pasada, cuando pudimos apreciar buenos detalles y el ganado del Señor Molina, ciertamente, añade atractivo al festejo.
En relación con nuestros matadores criollos, empezaremos por desear mucho éxito al toricantano Ángel Ramos, no lo conocemos pero ya goza de una ventaja inicial, al ser oriundo del pueblo sin ventanas, verdadero semillero taurino tachirense. Jonathan Guillén, tiene una asignatura pendiente, pues fue proyectado en demasía en la pasada Feria del Sol, ahora tiene una buena oportunidad para demostrar su valía. Tomás Martínez, a pesar del poco rodaje, aunque alguno tuvo en México, debe haber madurado y esperamos que así lo constate y resuelva sus papeletas, sin tener que recurrir a arranques agudos de tremendismo, que lo han llevado hasta colocarse de hinojos pero de espaldas, frente a la puerta de chiqueros, en una especie de porta gayola invertida.
Para cerrar faena tenemos al paisano Rafael Orellana, a quien congratulamos, pues ha continuado con sus presentaciones y triunfos en el Perú. Confiamos que nuestra coleta haya terminado de decantar su concepto del toreo y pueda combinar juiciosamente su estilo clásico de lidia con las dosis justas de adornos y florituras, que hagan brillar al final su desempeño y haga honor a su sitio en el escalafón. En la última FISS Orellana hizo el paseíllo mal ubicado y hemos notado que ahora, en los carteles tovareños de 2016, ha sido colocado por debajo de Esaú Fernández, cuando el paisano es mucho más antiguo que el sevillano. Estas son situaciones extrañas que a veces suceden, lo raro es que este tipo de error se cometa con el torero del pueblo. Es más explicable que se haya mal escrito el apellido del diestro francés. ¿No les parece?
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