Madrileño, extremeño y peruano cortan dos orejas cada uno y salen a hombros de Cuatro Caminos
Por Licinia Muñiz
Licinia Muñiz
Fotos: ARJONA
Miguel Ángel Perera cortó una oreja del que hizo segundo,
un toro noble y con calidad al que el extremeño cuajó una faena templada
desde la apertura, en los medios y con cambiados por la espalda, hasta
las series sobre la mano derecha en las que corrió bien la mano. Molestó
el viento pero no le importó a Perera que llevó siempre embebida la
embestida de su oponente. Faena supo sacar el buen fondo del toro en una
labor inteligente y firme. Perera metió en el canasto al quinto
prácticamente desde la primera serie para, a partir de ahí, construir
una faena de notable gobierno y poder. Con codicia tomaba el engaño el
de Garcigrande al que el extremeño pulseó con temple, especialmente
sobre la mano derecha. Mató de una estocada casi entera y paseó una
oreja que le abría la puerta grande.
Suelto y sin fijeza el tercero, mostró su querencia desde
los primeros compases. En los medios, Roca Rey abrió la faena de
rodillas ante un animal de embestida descompuesta. Puso todo de su parte
el peruano, muy por encima de un toro de corto viaje. Firmeza y valor
de Roca Rey. Mucho torero para poco toro. El epílogo contó con varios
circulares de mucho mérito. Una estocada caída y un golpe de descabello.
No se quiso quedar atrás Roca Rey que frente al sexto salió a por todas
desde el primer minuto con la puesta en escena en un quite por
saltilleras y gaoneras en los medios. De extraordinario ajuste. Brindó a
la viuda de Chuspe, impulsor del pasodoble que lleva su nombre. Se
enroscó el toro a su cintura en el toreo en redondo frente a un toro con
calidad. Faena construida sobre el valor, la quietud y la seguridad.
Con el público en pie, se perfiló en la suerte de matar cobrando una
estocada que le valió las dos orejas.
Santander, jueves 28 de julio de 2016. Toros de Garcigrande y Domingo Hernández
(1º y 3º). Bien presentados, parejos y de buenas hechuras. Desiguales
de juego, buenos el 4º y el 5º. El 6º les siguió a ambos en calidad. Los
tres primeros, faltos de raza y de casta. El Juli, ovación con saludos tras petición y dos orejas; Miguel Ángel Perera, oreja y oreja; Roca Rey, ovación con saludos tras leve petición y dos orejas. Entrada: Lleno. Antes de romperse el paseíllo, se guardó un minuto de silencio en memoria de Fermín Bohórquez.
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