Cortaron una oreja por coleta y perdieron la puerta grande por el acero con una buena corrida de Juan Pedro Domecq en Acho
Enrique Ponce se dobla con el toro - Efe
EFE Lima
Una gran corrida de Juan Pedro Domecq permitió una gran tarde de toros en la cuarta corrida de la Feria del Señor de los Milagros, en la que Enrique Ponce, Alejandro Talavante y Joselito Adame cortaron una oreja al bien presentado encierro, que embistió con clase, nobleza y bravura.
Enrique Ponce es torero de Lima y lo demostró una vez más en Acho. Le cortó una meritoria oreja al que abrió plaza y que tenía la virtud de la movilidad. La faena la estructuró por ambos pitones, aprovechando el recorrido del astado, sin obligarle ni presionarle. Faena sobria por encima de las condiciones del toro, que le permitió pasear la primera oreja de la tarde.
El cuarto, colorado y bravo, embestía con prontitud y codicia los engaños. Los primeros tercios fueron de estudio y tanteo. Con la muleta, el valenciano brindó una faena colosal llena de emoción y dominio. Ponce manejó los tiempos y la fuerza del toro con total precisión, calibrando una faena maciza por el dominio, el empaque y la rotundidad. Toreó por derechazos y siguió por naturales, de uno a uno, dejando la muleta muerta en la cara para llevarlo toreado hasta detrás de la cadera, ante la algarabía del público que le gritaba ¡torero, torero! Las poncinas y el abaniqueo final fueron el colofón de la gran faena que el estoque y el descabello impidieron coronar con trofeos, dando una vuelta al ruedo apoteósica con la plaza entregada a sus pies.
Alejandro Talavante tuvo una gran actuación. Estuvo aseado con el segundo de la tarde, con el que no llegó acoplarse del todo.
La gran faena llegó con el quinto, un toro serio, hondo y cuajado, que fue el más bravo del encierro, y al que Talavante comprendió de principio a fin, lidiándolo por ambos pitones incluso de rodillas. La faena se soportó en el toreo fundamental como en los adornos, especialmente los cambiados y las arrucinas que ya son sello propio del torero. Un arrimón final puso la plaza a hervir. Falló con el estoque, quedando todo en una oreja. El toro fue premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre
Con valor, esfuerzo y entrega, Joselito Adame cortó una meritoria oreja al tercero de la tarde, logrando muletazos de buena factura a un buen toro, que fueron coreados por un público a favor. Una estocada caída no fue óbice para que le concedieran el trofeo.
Con el sexto, el diestro mexicano estuvo voluntarioso, lidiando en cercanías pero sin poder redondear la faena con otro buen toro de Domecq.
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