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miércoles, 28 de diciembre de 2016

COLOMBIA Única oreja de la tarde Hermoso de Mendoza reconquista Cali

El rejoneador navarro mostró la renovación de su cuadra y cortó la única oreja de la tarde en el coso de Cañaveralejo

icono-sumario Miguel Abellán, vuelta al ruedo en su primero, perdió sendos trofeos con la espada

Feria de Cali: Solitaria oreja para Hermoso de Mendoza
ALBERTO LOPERA > Cali (Colombia)

Con retraso de treinta minutos a causa del tremendo aguacero caído una hora antes del inicio, los tendidos de Cañaveralejo se vieron colmados en más de tres cuartos del aforo. El nombre de Pablo Hermoso de Mendoza, el rejoneador ídolo de la afición caleña, que regresaba después de dos años ausente, ha sido el mejor revulsivo para lograr la mejor asistencia en lo que va de feria. La pertinaz llovizna desde las horas de la mañana no fue impedimento para concurrir a la cita con el caballero navarro que paseó la única oreja del tercer festejo del abono.

Dos buenos toros con el hierro de Las Ventas permitieron la comunión afectiva del rejoneador con su público. Sus dos actuaciones fueron modelo de maestría con su nueva cuadra: ‘Brindis’, ‘Beluga’, ‘Barrabás’… por citar sólo algunos que con su impecable doma permitieron la ejecución bella de las difíciles suertes del toreo a la jineta. Rejones de castigo arriba, banderillas al quiebro perfecto, exponiendo una barbaridad y sabiendo aprovechar el excelente recorrido y temple de los toros de César Rincón, especialmente el último del festejo con el que anduvo sensacional.

Formó un auténtico alboroto en la plaza el estellés, mientras la música no paró de sonar. Con las banderillas cortas y los rejones de muerte en sus dos toros añoramos a ‘Pirata‘, aquel caballo fenómeno que tantas orejas le ayudó a cortar, y que, como sus ‘colegas’ ‘Cagancho’, ‘Chicuelo’ y ‘Chenel’ recibieron la merecida jubilación para reposar en el Olimpo de los campos navarros.



Hermoso de Mendoza, durante su actuación de ayer en Cali I JULIÁN VELASCO
Mientras, para la lidia a pie, cuatro toros de Achury Viejo, de magnifica presencia y excelente comportamiento sirvieron para ratificar el oficio y la técnica de un torero queridísimo por los caleños: Miguel Abellán. El madrileño, guerrero de mil batallas, ayer lo ratificó plenamente cuando de rodillas inició la faena a su segundo toro con impresionantes pases en redondo. Lo remató también de hinojos con el forzado de pecho.

Las notas del pasodoble no pararon después en series de mano muy baja, con exquisito temple, ligando uno a uno muletazos llenos de torería. Lástima que la espada le privó de pasear las orejas en ambos oponentes, pero su nombre sigue incólume en el mástil alto de la plaza.

Al contrario sucedió con un torero de la tierra: Gustavo Zúñiga, sobre quien lo mejor es cubrir con piadoso velo su infortunada actuación. El cafetero recibió pitos al término de sus dos actuaciones.

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