MANIZALES El palco negó un merecido indulto al 6º La faena de Garrido y la ‘faena del presidente’

José Arcila también cortó una oreja del primero en variado encierro

ALBERTO LOPERA > Manizales.

Otra gran entrada, muy cerca del lleno, en la segunda corrida de la feria. Resaltamos la presencia de mil trescientos jóvenes en el tendido Uno de sombra, ataviados con camisa blanca y pañuelo rojo al cuello. Respondieron al llamado de la empresa que por bajo precio creó el abono joven para universitarios menores de 20 años. Ejemplo a seguir por otros empresarios para la renovación generacional de aficionados en estos tiempos de tanto brote anti- taurino.


Los toros de Santa Bárbara de gran presencia, muy variados de pelaje, chorreados, castaños y jaboneros. Y muy variado también el comportamiento pues los hubo bravos y encastados como el sexto al que se le pidió con fuerza el indulto, faltos de raza como el primero y peligroso como el quinto.

Sin suerte en el sorteo el cabeza del cartel Luis Bolívar, el toro que abrió plaza muy complicado y falto de casta, se fue pronto a tablas impidiendo el lucimiento del diestro que afortunadamente lo despachó pronto. Su segundo fue un toro precioso de lámina, con gran trapío y calidad desde la salida. Una faena brindada a los jóvenes del tendido, muy completa al inicio, con series ligadas por ambos pitones que hizo sonar la música. Se vino a menos el toro mientras Bolívar insistió en darle más pases que el toro negaba hasta pararse por completo, logrando rematarlo de media estocada caída.

Grata y triunfal la actuación del torero de la tierra en su casa. José Arcila salió muy dispuesto en su primero escuchando ovaciones al bordar un quite con variados lances de capa. Entendió perfectamente las cualidades del toro en dos series ligadas de mano muy baja, rematando con forzados de pecho que hicieron sonar la música acompañada de los olés en los tendidos. Los pases naturales fueron largos y con mando, para rematar con apretadas manoletinas. Una estocada completa de efecto retardado le valió para ser premiado con la primera oreja de la tarde. Su segundo fue un auténtico marrajo, peligroso, totalmente reparado del ojo izquierdo. Aquí mostró el enorme valor que le acompaña al no dudar un solo instante frente a los amagos matreros del “regalito” que tuvo frente. Por el contrario, con la espada – ante un toro imposible de matar – se volcó encima, hasta verlo rodar sin puntilla. La afición no vaciló un instante en prodigarle atronadora ovación en el centro del ruedo.

Debutó en plazas colombianas otro joven valor del nuevo escalafón español: José Garrido, quien de salida mostró la enorme calidad del toreo con el capote: verónicas cadenciosas y un apretado quite por chicuelinas fueron el preámbulo a una faena completa de variados pases a media altura que transmitieron emoción. Poco duró el toro, se vino a menos, por lo que causó dificultad al momento de entrar con la espada, quedando muy delantera y necesitando el descabello.

Afortunadamente le correspondió el mejor de la corrida cerrando plaza, aprovechándolo magníficamente en una completa faena brindada en el mismo ruedo al Maestro colombiano César Rincón, faena iniciada de rodillas aprovechando la embestida alegre y continua del toro, al que se le pidió el indulto desde mitad de la faena. Indulto que el propio torero pedía con insistencia en forma equivocada, fomentando la ira de los aficionados hacia la decisión presidencial. Después de muerto el toro fue premiado con la vuelta al ruedo, y la labor del torero con una oreja.

	Feria de Manizales, segunda corrida. Casi lleno. Toros de Santa Bárbara con presencia y juego desigual. Al sexto, premiado con la vuelta al ruedo, se le pidió el Indulto.
Luis Bolívar, silencio y silencio; José Arcila, oreja y gran ovación; José Garrido, ovación y una oreja.