Una iniciativa del hijo del mandamás del fútbol
 
En
 tanto sus dueños deciden definitivamente que es lo que quieren hacer 
con el canal de pago Movistar Toros de cara a la temporada inminente de 
2017, en el horizonte aparece una sociedad de nueva creación con el 
nombre de Tauro Broadcast, que dice estar interesada en adquirir los 
derechos audiovisuales de la actividad taurina. Complicada operación, 
sobre todo si  se trata de seguir el modelo que rige en el caso del 
fútbol, que es lo que hizo rico a los dueños de Mediapro y supuso la 
principal vía de financiación para los clubs. Se trata de dos economías 
tan radicalmente diferentes en todo, incluso en audiencias potenciales, 
que no se advierte ni una coincidencia relevante par seguir el mismo 
modelo. 
Según adelantó vozpopuli.com, el confidencial que dirige Jesús Cacho, y luego amplió en algunos aspectos informativos el semanario Aplausos,  la empresa de muy reciente creación  Tauro Broadcast está interesada tomar parte en el negocio de los derechos audiovisuales taurinos.
La
 nueva empresa ha sido constituida por Javier Tebas Llanas, hijo del 
actual dirigente ejecutivo de la Liga Profesional de Futbol, que con 
Jaume Roures –el dueño de Mediapro-- controla los derechos audiovisuales
 del deporte rey, con los han conseguido una operación rentabilísima, al
 cederles luego parte de su explotación a Movistar TV, y a su vez han 
resuelto ni pocos problemas a los clubs españoles.
La intención de Tauro Broadcast
 es salir a la compra de los derechos de imagen a los principales 
toreros, ganaderías y empresas, para después repetir la operación del 
fútbol:  revenderlos a las televisiones. De hecho, según algunas 
fuentes, ya han comenzado las negociaciones con los titulares de tales 
derechos audiovisuales de cara a la inmediata temporada de 2017.
No
 se sabe aún en qué medida esta iniciativa de Tebas puede prosperar y en
 que medida pueda afectar a Movistar Toros, cuando aún ni en Telefónica 
ni en Movistar TV se han tomado sus decisiones definitivas para la 
inminente temporadas, tras la salida de Manolo Molés. 
Así
 como en los meses pasados se multiplicaban los rumores a este respecto,
 en las últimas semanas se han acallado y nada trasciende de las 
decisiones que puedan estar estudiando en Movistar TV, cuando se ha 
modificado su estructura directiva con la salida de su hasta ahora 
presidente, Luis Blasco.
Los toros no se parecen al fútbol
Pero
 sea cual sea el futuro de la nueva empresa, una cosa convendría 
descartar desde el principio: a efectos de derechos audiovisuales  en 
nada se parecen el mundo del fútbol con el planeta de los toros. Ni en 
dimensión económica, ni en la singularidad de sus participantes.
Pensar
 que al conjunto de partícipes en un espectáculo taurino los derechos 
audiovisuales vana suponer el 70% de sus ingresos, como ocurre en tantos
 y tantos equipos de fútbol, resulta sencillamente una utopía. Primero, 
porque en el mundo del toro no hay una Liga Profesional que aúne los 
intereses de todos; pero, además, porque en los tiempos actuales resulta
 impensable que un gran anunciante pague una importante cantidad para 
erigirse en patrocinador de una temporada íntegra, como ocurre en el 
fútbol.
Se
 dan, además, otras muchas diferencias. Sin ir más lejos, una mayoría de
 los recintos taurinos son propiedad de instituciones publicas o 
privadas, no de los empresarios que las explotan, por lo que también 
reclamarán sus derechos. En el futbol la propiedad de las instalaciones 
coincide en la práctica totalidad de los casos con el club de 
referencia. 
Pero
 la más importante, debe insistirse, radica en la desunión de las 
distintas profesiones que concurren en la Fiesta de los toros. Ninguno 
de esos segmentos goza de una representación única, sino que aparecen 
fraccionados. Y además entre todos ellos se da un profundo sentido 
individualista. Esta realidad nos aleja aún más del caso del futbol, en 
el que al final basta entenderse con la Liga Profesional y, como mucho, 
con la Federación. El reto lo resuelven entre ellos en su ámbito 
interno.
Y
 por si fuera poco hay que contar con el profundo desinterés de las 
cadenas generalistas de TV --ya púbicas, ya privadas-- por el mundo del 
toro.
Por
 tanto, pensar que con la formula que quiere aparecen en el horizonte a 
nombre  de Tauro Broadcast resultará muy complicado y difícil construir 
un nuevo imperio mediático y económico  como el  que Jaume Roures y 
Tebas han construido sobre el futbol profesional. Aquí hay muy poco 
margen para dar eso que se denomina “un pelotazo”.
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