La propiedad de la Monumental no cederá la plaza para organizar corridas de toros, «de momento», a la espera de tiempos »de mayor sosiego social, jurídico y político
Taurinos se manifiestan en la Plaza Monumental de Barcelona tras la sentencia del Constitucional que tumbó la prohibicón de las corridas de toros - INES BAUCELLS
Á. G. ABAD Barcelona
La propiedad de la plaza de toros Monumental de Barcelona, la Casa Balañá, considera que la situación «política, jurídica y social» que actualmente se vive en Cataluña no aconseja anunciar la celebración de festejos taurinos. Tras la sentencia del Tribunal Constitucional del pasado 20 de octubre, que tumbó la prohibición de las corridas de toros aprobada por el Parlament de Cataluña en julio de 2010, los aficionados mantenían la ilusión de poder volver a los tendidos del coso barcelonés, recobrando así la libertad perdida de acudir a presenciar una corrida de toros.
La actual empresa Balañá, heredera de una de la organizaciones empresariales más importantes de la historia del toreo y actualmente propietaria de un imperio de cines y teatros en la Ciudad Condal, no organizará, ni directamente ni a través del arrendamiento a una segunda empresa, corridas de toros en el ruedo de la capital catalana. Así lo expresa la Federación de Entidades Taurinas de Cataluña, conocedora de las intenciones de la propiedad en un reciente encuentro, y que a través de un comunidado transmite su «frustración por la falta de coraje de la Casa Balañá para reabrir la Monumental al toreo, aun contando con el respaldo de la ley».
Hace unas semanas, la nueva formación política Acción Natural Ibérica (Anatur) solicitó formalmente a los propietarios de la plaza su cesión para celebrar una corrida de toros el próximo 5 de junio con motivo del Día del Medio Ambiente. En la reunión mantenida por representantes de la Federación Taurina con Pedro Balañá Mambrú (nieto del fundador de la empresa) hace unos días, este dio su «no» tajante a esa cesión y a otras fórmulas de gestión como la que tuvo la plaza en su última etapa, entre 2007 y 2011, gestionada por la Casa Matilla.
La convulsa situación política es la excusa que pone Balañá para, «de momento», no reabrir las puertas de la Monumental. «Que el crispado e incierto escenario social y político que vive Cataluña invite a la prudencia, no debería significar la renuncia a ejercer derechos inviolables reconocidos en la Constitución», expresa la entidad que acoge a todos los colectivos de aficionados taurinos de la Comunidad catalana.
La Federación se mantiene en la «certeza de que la llama taurina en Cataluña no la apagarán los vientos de la intolerancia y la manipulación, sino que al contrario se avivará con el respaldo de aquellos que sienten la libertad pisoteada», para añadir un «aquí estamos, aquí seguiremos», como una declaración de futuro.
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