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lunes, 15 de mayo de 2017

Faena de San Isidro «por el Rey y por España»


Ovación de gala a Don Juan Carlos en un festejo que comenzó con el percance del subalterno Manuel Muñoz 

El Rey Juan Carlos y su hija la infanta Elena asisten al quinto festejo de la Feria de San Isidro la Plaza de las Ventas en Madrid 
El Rey Juan Carlos y su hija la infanta Elena asisten al quinto festejo de la Feria de San Isidro la Plaza de las Ventas en Madrid - EFE
 
R. Pérez Madrid

Empresarios y marqueses, presidentes y alcaldes, dramaturgos y escritores aguardaban la llega de Don Juan Carlos, el Rey de los toros. Pero era la afición, la sombra y el sol, la que se arremolinaba a las puertas del Patio del Desolladero, donde aparcó el coche de Su Majestad. Un auténtico baño de masas se pegó el Rey emérito, entre «¡Vivas!» y aplausos. Minutos antes habían llegadosu hija, la Infanta Elena, y su nieta, Victoria Federica, que ha heredado la afición taurina. Los flashes resplandecían y se improvisaban los selfies con los miembros de la Familia Real al fondo. Una locura mientras Don Juan Carlos era cumplimentado por los empresarios de Las Ventas, Simón Casas y Rafael García Garrido, y el director gerente del Centro de Asuntos Taurino, Manuel Ángel Fernández.
Cristina Cifuente, en un burladero
Cristina Cifuente, en un burladero- Paloma Aguilar
Atravesar el patio para llegar hasta la localidad se antojó una aventura: un hombre perdió las gafas; su mujer, el abanico, que acabó astillado de tanto tacón que emprendía rumbo al tendido, con más de 22.000 espectadores y un lleno aparente. Ambientazo de lujo para presenciar el festejo del Patrón.

Muchas caras conocidas, como Ana Obregón, de grana y muy sonriente, o gente de la Cultura, como Sánchez Dragó y Albert Boadella: «No quería perderme la jornada», dijo a ABC en el callejón antes de ocupar un burladero y mientras saludaba a José María Álvarez del Manzano y la marquesa de la Vega de Anzo. En el burladero de «Reservado» de la Comunidad, Cristina Cifuentes, defensora siempre de la Tauromaquia y con un chaqueta rojo pasión.
Albert Boadella, en primera línea
Albert Boadella, en primera línea- Paloma Aguilar
Mientras la gente buscaba su asiento, arrancó el colorido paseíllo y se anunció la salida del primer toro de Montalvo, un «Liricoso» negro listón que flojeó en exceso y parecía candidato al pañuelo verde. Pero el usía, Justo Polo, lo mantuvo en el ruedo entre las protestas... Para colmo, se llevó por delante al subalterno Manuel Muñoz, en una fea cogida. Con gestos de dolor, fue trasladado a la enfermería, donde está siendo atendido en estos momentos por el doctor García-Padrós.

El primer brindis de la tarde sería de Curro Díaz para el Rey por su apoyo incondicional a la Fiesta: «¡Va por usted y por España!».

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