Cumbre de Castella, pleno en Nimes

Feria de Pentecostés  

 Natural de Castella en el Coliseo Romano de Nimes / ROLAND COSTEDOAT/TERRES TAURINES

MICA CRESSENTY > Nimes (Francia)

Sebastián Castella prolongó, 24 horas después, el buen sabor de boca dejado por la oreja cortada el viernes en su primer paseíllo en el presente San Isidro cortando cuatro orejas de un buen lote de Garcigrande y Domingo Hernández, al que hizo aún mejor el torero galo con sendas faenas en las que entendió y cuajó a ambos animales. No se amedrentó con el despliegue de arsenal de su compatriota, Andy Younes, que paseó un trofeo de cada uno de sus toros. El Juli, con un lote soso, no tuvo opción y fue silenciado.

El de Beziers puso el listón muy alto con el segundo de la tarde. Muy buenas fueron las embestidas del de Garcigrande, y Castella estuvo soberbio con él. Puso la plaza boca abajo con un espectacular principio de faena de rodillas con muletazos largos. No se equivocó la banda tocándole la música. Desde ese momento hasta el final, todo fue toreo caro: mano baja, un sentido del temple fuera de lo común y una torería que hizo crujir al Coliseo. La estocada fue de escuela. Dos orejas.

Cuando salió el quinto con el hierro de Domingo Hernández, los presagios en el tendido hacían pensar que iba a suceder algo grande. Y así fue. Tardó en romper el animal, pero Castella se puso manos a la obra para convertir esa obra… en maestra. La faena fue creciendo por ambos pitones hasta terminar con un explosivo final en las cercanías del toro. Arrimón final y estoconazo. Dos orejas en pleno clamor del tendido.

 

No fue asunto fácil salir al ruedo detrás de la obra maestra que firmó Castella con el anterior, pero Andy Younes dio la cara. Fue manejable, el Garcigrande y Andy puso todo de su parte para volver a meter el público en la tarde. Comenzó la faena con dos cambiados por la espalda y luego consiguió correr la mano por ambos pitones en tandas templadas. Oreja.

Otra vez Andy Younes no se dejó amedrentar por el torrente de Castella. Tuvo que componer con un animal, que se apagó pronto pero puso la carne en el asador y a base de dejarse llegar muy cerca el toro, acortando las distancias, logró llegar al tendido, que le pidió el trofeo. Oreja.

 

Rompió plaza un toro de sosa condición de Garcigrande, con el que El Juli puso todo su conocimiento para tratar de ayudarlo a romper. No hubo opción, pese a ello. La faena del madrileño tuvo pasajes buenos sobre la diestra, pero el público, algo frío, no entró en su labor y fue silenciado. El Juli fue silenciado también con el cuarto. Fue un toro de Garcigrande al que le faltó chispa y poder. Esta condición impidió que la labor de El Juli tomase vuelo, pese a su obstinada labor.

	Coliseo Romano de Nimes (Francia). Tercera de la Feria de Pentecostés. Lleno aparente. Toros de Garcigrande y uno de Domingo Hernández (5º), desiguales de presentación.
El Juli, silencio en ambos. Sebastián Castella, dos orejas en ambos. Andy Younes, oreja en ambos.