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miércoles, 4 de julio de 2018

Las feministas de Pamplona rechazan ir de negro contra La Manada en Sanfermines

Distintas iniciativas habían reclamado luto en protesta por la libertad provisional del grupo condenado por abuso sexual en la fiesta navarra


Colectivos feministas y asociaciones populares, durante la rueda de prensa este martes en Pamplona. JDIGES EFE

Pilar Álvarez Madrid

Los carteles llegaban al móvil desde números desconocidos o al Twitter desde perfiles famosos. "Este año en el txupinazo (sic) todas las mujeres con camiseta negra". Durante más de una semana, desde que el pasado 22 de junio quedaron en libertad provisional los cinco integrantes de La Manada, comenzaron a circular dos tipos de iniciativas. Una para que las mujeres respaldaran las fiestas de Sanfermines de luto y otra para que las boicotearan. Dos propuestas en las que no se reconocen las feministas pamplonesas.

Este martes, distintos colectivos feministas y populares de la capital navarra se han desmarcado de esas "injerencias externas" (sin citar en concreto ni los mensajes de boicot ni a La Manada) y han pedido respeto para su fiesta más internacional, que saltó a los medios el 6 de julio de 2016 cuando la víctima del grupo de cinco sevillanos presentó una denuncia y arrancó un caso que ha espoleado la reivindicación feminista.

"Somos pioneros en poner en marcha protocolos contra las agresiones sexuales y no entendemos las iniciativas que vienen sin consultarnos", explica al teléfono Koldobi Osta, presidenta de la peña La Única, la más antigua de las 16 pamplonesas que integran la federación local, que respalda a las feministas.

Las asociaciones populares y los principales colectivos feministas navarros han rechazado públicamente las protestas convocadas para el día del Chupinazo, tanto en Pamplona como en el resto de España, donde también había un llamamiento por redes a vestir de negro el día 6 de julio.

Defienden que llevan "décadas de lucha contra las agresiones sexistas" en las fiestas. La actuación contra la violencia sexual en las fiestas populares de Pamplona empezó desde las asociaciones feministas en la década de los noventa del siglo pasado. Y, desde 2014, cuentan con el respaldo expreso del Ayuntamiento para la elaboración de protocolos o para el acompañamiento a las víctimas. El Consistorio y el Gobierno de Navarra, por ejemplo, están personados como acusación popular en el caso de La Manada desde el principio.

Y critican que las peticiones de boicot y protesta han llegado "sin consenso, sin contraste alguno y sin un objetivo claro". Osta añade que, para visibilizar su rechazo a la violencia sexual, promoverán el uso del pañuelo morado (además de la tradicional pañoleta roja) o los guantes rojos que distribuye ya desde ediciones anteriores el Ayuntamiento de Pamplona.

En un duro comunicado de prensa, los colectivos evitan hacer referencia expresa a la sentencia que condenó a los cinco sevillanos a nueve años de cárcel por abuso sexual con prevalimiento, no por agresión. Sí dicen "entender la indignación" pero añaden que "esto no puede ser excusa para que nuestra lucha sea instrumentalizada ni para hacer análisis simplistas".

"Centrarse en un único caso invisibiliza el resto de agresiones, les quita importancia y sobre todo pone el foco en elementos que poco tienen que ver con la realidad", prosigue el comunicado. "Nosotras no trabajamos a golpe de titular y la respuesta ejemplar que la ciudadanía de Iruñea ha dado, año tras año, a las agresiones sexistas, no ha sido casual". "Todas las agresiones son importantes, todas las mujeres que sufren o han sufrido agresiones necesitan de nuestra solidaridad y ninguna de las agresiones ya sean de baja o de alta intensidad tienen justificación alguna", destacan en su comunicado.

Entre los colectivos feministas que respaldan están la Plataforma de Mujeres contra la Violencia Sexista de Nafarroa, Bilgune Feminista, Emakume Internazionalistak, Farrukas, Andrea-Lunes Lila o Gora Iruñea. Reivindican la labor que desde hace "muchos años" realizan de forma "coordinada" para conseguir "unas fiestas igualitarias, libres de cualquier agresión sexista". "Estas son nuestras fiestas, nosotras ponemos las reglas y tenemos que exigir nuestro espacio en ellas: tomando las plazas, riendo, bailando, organizándolas", se despiden. "En definitiva, disfrutando y gozando de las fiestas como nos de la gana".

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