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sábado, 1 de septiembre de 2018

Roca Rey aspira al trono de Cayetano en Ronda



El peruano corta tres orejas en su debut en la Goyesca y sale a hombros con Rivera, que reaparecía


Cayetano y Roca Rey salen a hombros
 Cayetano y Roca Rey salen a hombros - Efe
 
  El mejor ambiente de la Goyesca se vivió en Ronda. El público respondió al cartel de lujo con otro «No hay billetes». El paseíllo comenzó con veinte minutos de retraso. Cuando pasaban doce de la hora y las protestas de los abarrotados tendidos se incrementaron, la megafonía anunció que el festejo se retrasaba diez minutos porque a Cayetano lo estaban atendiendo en la enfermería. El diestro reaparecía tras veinte días de baja por una lesión costal sufrida en Pontevedra pero volvió a triunfar en casa y a salir a hombros con Roca Rey, que cortó tres orejas en su presentación.

Morante de la Puebla se presentó con un original vestido goyesco ideado por Vicky Martín Berrocal, de color caqui y tocado con una madroñera. Una estampa sacada de un lienzo de Goya. Nada más salir el primero se estiró a la verónica manejando con soltura un capote de seda rosa palo. Remató con una serpentina. Sin probaturas comenzó por alto y muy confiado pero tropezó en un molinete y quedó a merced del toro. Prestos al quite acudieron todos. Cayetano cayó al ruedo al saltar las tablas y Paquirri agarró al juanpedro del rabo. La faena parecía que iba a tomar cuerpo. Morante estaba con ganas a pesar de las pocas fuerzas de «Lamioso», al que metió en el engaño con temple y suavidad. Lo mejor, una serie al natural, encajados los riñones. En la última tanda, el cante en el tendido paró el pasodoble, pero los dos pinchazos antes de la estocada dejaron el premio en ovación.

El cuarto salió al límite de fuerzas y empezó a soplar el viento, con lo que el cigarrero no pudo lucirse en los lances de recibo y solo pudo dejar una media pinturera al salir del peto. Al tercio final llegó muy justo pero el sevillano, dispuesto y porfión, lo sobó dejándosela en la cara. Robó un par de series con la diestra llevándolo cosido a la muleta mientras sonaba la música. Tras la estocada, el toro se resistió a doblar y aunque le pidieron la oreja se conformó con la ovación.

Reaparición de Cayetano

Cayetano, triunfador en las dos últimas ediciones, no había presentado parte oficial de baja y, aunque mermado, estuvo en el coso en el que se motiva especialmente. A la verónica saludó al segundo, al que llevó al caballo por chicuelinas al paso. El brindis al público fue correspondido con una sonora ovación. Prólogo con trincherazos y un cambio de mano para sacarlo a las rayas del tercio. Fue el comienzo de una faena de temple y entrega. Antes de empezar la tercera serie se quitó las zapatillas. A partir de entonces toreó a placer. Se gustó en los cambios de mano, se vacío en los de pecho y se alargó con la zurda. Hubo hasta pases mirando al tendido y de rodillas. Paró la música cuando se fue a por la espada pero Cayetano pidió que volviera a sonar. Añadió una serie por ayudados intercalando las trincherillas. El doble trofeo llegó tras la estocada recibiendo.

Con la puerta grande ya amarrada, salió el quinto, con el que no pudo lucirse con el capote pero que se vino arriba en banderillas con dos buenos pares de Iván García. El brindis fue para su mozo de espadas antes de iniciar con una elegante tanda de doblones con trincherazo marca de la casa.

Después llegó el toreo en redondo y al natural en el centro del ruedo, citando de frente y recreándose en los desplantes tras abrochar con el de pecho mientras sonaba «La concha flamenca», que hizo un bis. Casi se lleva una voltereta, pero tuvo tiempo para más en una labor larga en la que sonó el aviso antes de perfilarse. Asomaron algunos pañuelos tras la media y saludó.

Voltereta a Roca

Roca Rey salió victorioso de su debut en el bicentenario coso, aunque su primero se estrelló en el burladero nada más salir, quedó descoordinado y fue devuelto. Sin cabestros no hubo forma de que entrara en chiqueros, aunque lo intentó hasta Morante enseñándole un capote desde el burladero. Finalmente, Roca Rey tuvo que entrar a matar. Se corrió turno y salió «Revistero», que iba a ser el sexto, al que el peruano le hizo el primer quite de la tarde por chicuelinas con el compás abierto.

Comenzó por estatuarios tras el brindis al público, al que se metió en el bolsillo con una espaldina antes de abrochar la primera serie. Sonó «Cielo andaluz» y Roca entró en acción. Estuvo firme, bajó la mano por ambos pitones y el toro lo volteó seco, sin consecuencias. Con la sangre del astado en la cara se metió en los pitones a jugársela. La serie final fue de infarto por bernadinas ajustadísimas cambiando el viaje. El aviso antes de entrar a matar enfadó al público, que le pidió los máximos trofeos al grito de ¡torero, torero! El palco le concedió dos orejas.

A por todas salió en el sobrero, al que saludó a la verónica y a pies juntos antes de rematar por chicuelinas. De nuevo dejó un quite por tafalleras y gaoneras, que cerró con la revolera. A «Matamoscas» no le sobraban las fuerzas y el torero inició con el pase cambiado por la espalda. Se defendió el juampedro en la muleta de Roca, que intentó llevarlo siempre toreado a pesar de que llevaba la cara a media altura. Volvió a meterse en los terrenos del toro, con los pitones rozándole las pantorrillas. Sumó otra oreja y aunque no metió la espada presentó sus credenciales en su primer paseíllo en la plaza.

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