Páginas

martes, 2 de octubre de 2018

"Si tengo que ser algo en el toro tiene que ser ahora y con las circunstancias de ahora"

RUBÉN PINAR

Ya son tres los años en que acaba triunfante la feria de Albacete. Dos puertas grandes, dos golpes de autoridad que le convierten en el ídolo de la afición de una tierra inagotable de toreros. El manchego, que acaba de cumplir una década de alternativa, ha logrado poner de nuevo a todos en alerta, reivindicándose donde lo hicieron siempre los toreros. Desde hace tres temporadas no ha parado de crecer. Y en esa línea continúa. Perseveró, creyó en sus condiciones, no arrojó la toalla y ha terminando ganando

'Si tengo que ser algo en el toro tiene que ser ahora y con las circunstancias de ahora'

José Ignacio Galcerá
-Ya no se acordará de salir andando de la plaza de Albacete.

-Llevo una racha muy buena, es cierto, pero tampoco es cuestión de confiarse porque luego vienen los sustos. Las rachas son rachas. 

-La suya está siendo larga y amenaza con prolongarse.

-Cuanto más dure, mejor. Que salga todo tan rodado y durante tanto tiempo no es fácil, se tienen que juntar muchos factores: que uno mismo esté bien, que los toros pongan de su parte, que funcione la espada… se tienen que conjugar muchas situaciones que ahora mismo se están dando. 

-Si había una manera de justificar su doble presencia en la feria era triunfando las dos tardes. 

-Eso es clave, siempre que te dan una oportunidad en una feria como la de Albacete es fundamental no dejar pasar la ocasión, aprovecharla al máximo y reivindicarte como torero. Es lo que hacen los toreros importantes. A mí me falta todavía mucho camino por recorrer pero siempre que me traten así daré el cien por cien.
“Cuando no he toreado no me he quedado estancado. Hasta ahora no se habían visto aspectos de mi toreo que a día de hoy sí soy capaz de mostrarlos. La clave es la afición que tengo, que me hace seguir creyendo en mí”
-¿Fueron dos tardes distintas? ¿Más lidiadora una y más artística la otra?

-La primera, con la corrida de Torrealta, diría que fue de más oficio, conocimiento y madurez. La encaré con la cabeza muy despejada e hice en cada momento lo que los toros pedían. No fue una corrida mala pero las virtudes que tenían los toros estaban limitadas y había que saber en cada momento lo que hacer para aprovechar sus condiciones y pulir los defectos. Estuve acertado, la gente así lo vio y valoró. 

-Luego llegó la faena a su primer toro de La Quinta, de una dimensión más depurada.

-Junto con la del toro de Torrestrella del año pasado, esta es una de las mejores faenas que he cuajado en Albacete. El toro me permitió dormirme en los muletazos y que la faena tuviese un ritmo especial, más despacio. Pude saborear las embestidas y la faena es de las que más satisfecho me ha dejado a pesar de la espada, que cayó baja y se quedó el premio en una oreja.

-¿Esa actuación abre un camino en la evolución de su toreo?

-Con el paso del tiempo uno va perfeccionando sus formas. Faenas como esta son la recompensa a mi día a día, a la perseverancia y al esfuerzo. Ahora, cuando sale un toro con esa calidad, lo aprovecho y me siento más seguro. El público está viendo un punto artístico en mi toreo, poco a poco lo voy desarrollando, eso significa que mi techo está alto y que el camino que estoy llevando en cuanto a mi tauromaquia y mi forma de torear es el correcto.


-¿Dónde sitúa el cambio, el punto de inflexión?

-Es un proceso de años, cuando no he toreado no me he quedado estancado. Hasta ahora, quizá condicionado por mi trayectoria y los problemas que han ido viniendo, no se habían visto aspectos de mi toreo que a día de hoy sí soy capaz de mostrarlos. La clave para ello es la afición que tengo, que me hace seguir creyendo en mí. Si estoy en un momento bueno es porque estos años no he dejado de entrenar ni de pensar en el toreo. Ahora, cuando veo que lo que hago tiene un reconocimiento, me siento pleno como torero.

-¿Ha aprendido más de los tiempos difíciles que de los bonitos?

-Cuando no he tenido la oportunidad de torear mucho, siempre he intentado estar metido en la profesión, hacer vida de torero, no entrenar por entrenar sino pensando en sacar lo mejor de mí mismo, fijarme en toreros que me puedan servir, eso, junto a mis condiciones, me ha ayudado a crecer. Visto desde la situación en que estoy ahora, me hace sentirme feliz y realizado y, sobre todo, con la ambición de ocupar un sitio importante en el toreo. Cuanto más importante mejor, claro está, pero ahora al menos pienso en poder ocuparlo.
“Si me quejara del sistema sería poco inteligente y una pérdida de tiempo. Las palabras las debo pronunciar con la espada y la muleta. Si tengo que ser algo en el mundo del toro tiene que ser ahora y con las circunstancias de ahora”
-¿Qué le falta para entrar en más ferias?

-Me falta un triunfo importante en Madrid. También está influyendo el tipo de corridas que estoy matando en los últimos años, que no lo ponen fácil. Muchas veces hay que tirar de actitud pero eso solo no vale. Madrid es complicado aun estando redondo, pero es verdad que un triunfo en Las Ventas es clave, de ahí que tenga que estar preparado por si salta un toro con opciones para que no me pille distraído. No le estoy volviendo la cara a Madrid con ninguna corrida porque sé que es la llave para entrar en otras plazas importantes.

-El 12 de octubre, con la corrida de Partido de Resina, tiene una nueva oportunidad.

-Con la ilusión y la intención de triunfar voy. Este año, en San Isidro, sin triunfar, di la cara ante una corrida de Dolores Aguirre que si no fue la más dura, sí que fue de las que más. La corrida de Partido de Resina sé que no va a ser fácil pero este año han salido toros con opciones. Si tengo la suerte de que me toque uno, lo aprovecharé.
“Siempre que te dan una oportunidad, hay que aprovecharla para reivindicarte. Es lo que hacen los toreros importantes. Y es lo que pasó en Albacete”
-¿Cómo se encuentra en el circuito de las corridas más exigentes?

-Dentro de las corridas duras existen ganaderías en las que salen toros con más opciones que en otras. Por ejemplo, en Albacete, en la corrida de La Quinta, salieron toros que permitieron hacer el toreo u otros que permitieron torear con el capote. Luego, en Pamplona, con la de Miura, fue muy difícil poder estar medio digno. Sin desmerecer a nadie, son dos ejemplos de lo que digo. Sí, te dan una oportunidad, pero con estas corridas es muy complicado triunfar. A veces no ocurre nada y te quedas pensando: He dado la cara pero no he conseguido el triunfo que me hacía falta. En ocasiones ya no es ni triunfar sino que sobrevivir es hasta complejo. 


-La mejor receta tanto para el toro bueno como para el malo es el temple.

-El temple, la colocación, llevarlos siempre metidos en la muleta…, son aspectos que valen para cualquier tipo de toro. Con el toro que presenta complicaciones es fundamental estar muy metido, preparado y despejado de cabeza para sacar las virtudes que tenga y solucionar los problemas que te plantee. Y con el bueno la clave es cuajarlo, estar lo más redondo posible y que la faena llegue arriba. 

-Usted ha estado acartelado con las figuras en sus inicios y ahora en carteles de menos fuste. ¿Dónde hay más competencia? 

-En ambos circuitos hay competencia y exigencia. En los carteles de figuras cuando sale el toro extraordinario hay que torearlo como los toreros que están en primera línea hacen todos los días, si sale un toro con calidad y no eres capaz de estar al nivel de tus compañeros, te hace mucho daño. Y en el circuito de las corridas duras el triunfo es muy complicado por las condiciones del toro que sale.
“Nadie me obligó a ser torero, solo le hice caso a un hermano que fue quien me lo inculcó. Me lo he tomado en serio desde siempre, nunca como un juego. Torear es lo que me llena”
-No le he oído ninguna queja sobre el sistema.

-Ni la va a oír. Si me quejara del sistema sería poco inteligente. Las palabras las debo pronunciar con la espada y la muleta. El toreo está así y quejarme sería una pérdida de tiempo.

Si Rubén Pinar tiene que ser algo en el mundo del toro tiene que ser ahora y con las circunstancias de ahora. La mentalidad de esforzarme día a día es la que me ha llevado hasta aquí. Nada más. 

-Siempre se ha dicho que esto es muy fácil y muy difícil a la vez.

-Así es, si el 12 de octubre en Madrid cuajo un toro será más fácil, y si no, seguiré insistiendo y estando en la brecha con las dificultades que vengan.

-Su camino ha sido duro pero poco a poco va viendo la recompensa. ¿Es un premio a su afición?

-Muchas veces, la paciencia, el tesón y la afición te van poniendo situaciones buenas en el camino. En ocasiones te preguntas por qué pasa esto o lo otro y la respuesta la encuentras en el día a día. Echo la vista atrás y veo que en 2015 toreé dos corridas solamente pero fui capaz de no venirme abajo en aquel tiempo, no tirar la toalla. Hay que disfrutar las cosas buenas y las menos buenas afrontarlas como vengan. No te puedes volver loco pensando cómo podrían ser las cosas. Lo que tenga que ser, será.


-Toca perseverar.

-Nadie me obligó a ser torero, solo le hice caso a un hermano que fue quien me lo inculcó. Me lo he tomado en serio desde siempre, nunca como un juego. Torear es lo que me llena y me apasiona. Lucharé hasta la última gota de sudor.

-El mensaje suena ambicioso, como en sus comienzos.

-Esto es una lotería pero hay que intentar que te toque porque el reconocimiento y el orgullo son muy grandes.

HOMENAJE AL MAESTRO DÁMASO

Un recuerdo en forma de vestido de luces. Ese fue el homenaje que le tributó Rubén Pinar a Dámaso Gónzalez. El torero de Tobarra lució en su primera tarde en Albacete un caña y oro, terno que tantas tardes vistió el maestro albaceteño. “Lo tenía en mente, ese vestido tenía mucho significado. 

Consideré que Albacete era la plaza y el momento para ponérmelo, me hacía mucha ilusión. 

Con ese vestido le vi triunfar muchas tardes, fue mi pequeño homenaje”, señala Pinar, a quien el vestido le dio suerte ya que con él abrió su quinta puerta grande en la plaza de su tierra. La reminiscencia damasista no solo llegó por el chispeante, también delante del toro. Pinar lo explica así: “En la corrida de Torrealta, en el primer toro, me quedé muy cerca, entre los pitones, e hice el péndulo para meterme en el terreno del toro. Noté que el público reaccionó y recordó al maestro. Vi algunas miradas, sentí que Albacete agradeció que un torero de la tierra recuperara el legado que nos dejó. Su recuerdo estuvo muy presente”.

Fotos: ARJONA Y JAVIER ARROYO

No hay comentarios:

Publicar un comentario