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lunes, 3 de diciembre de 2018

El buen «bajío» de los cementerios para Morante y Abascal



Ambos visitaron el panteón a Joselito el Gallo en el cementerio de San Fernando antes del triunfo de Vox

El genio sevillano ha brindado grandes faenas después de rezar ante la tumba de toreros como Manolete

Morante de la Puebla y Santiago Abascal, ante el panteón a Joselito el Gallo (detrás, el monumento a Paquirri), en el cementerio de San Fernando

Morante de la Puebla y Santiago Abascal, ante el panteón a Joselito el Gallo (detrás, el monumento a Paquirri), en el cementerio de San Fernando - @AbeInfanzon


Madrid

Morante de la Puebla se ha convertido en uno de los estandartes de Vox. Morante, verso del arte, figura en la «cuadrilla» del partido de Santiago Abascal como uno de sus más fieles hombres de confianza. Y sin ocultarse tras un burladero...

En un mundo (el del toro) en el que suele criticarse el uso de la tauromaquia como arma arrojadiza entre los políticos y en el que la mayoría de toreros rara vez echa la pata p'alante para significarse por un grupo u otro, Morante, una vez más, ha marcado diferencias y se ha posicionado al lado de Vox, el partido que proclama su querencia por España y la defensa de sus tradiciones, la tauromaquia entre ellas. Valiente Morante, dentro y fuera del ruedo. Sin complejos y al natural, ejerciendo su libertad.
Morante pasea un rabo en la plaza de los Califas, en 2013, tras visitar la tumba de Manolete en el cementerio de la Salud de Córdoba
Morante pasea un rabo en la plaza de los Califas, en 2013, tras visitar la tumba de Manolete en el cementerio de la Salud de Córdoba - V. Merino
Lo cierto es que, según el boca a boca, el mensaje morantista -que hasta se montó en una furgoneta para transmitir la palabra de Vox- también ha calado y ha hecho que muchos taurinos andaluces y gentes del campo se hayan decantado por Vox. El programa y las palabras de Abascal como paladín político del toreo han convencido a muchos aficionados, y la cercanía de Morante ha dado el empujón definitivo. Sí, el genio de La Puebla del Río puede anotarse muchos de los tantos del partido que acaba de cobrar auge.

El mismo día de las elecciones, José Antonio Morante y Santiago Abascal pasearon juntos por las calles hispalenses. Y adivinen qué visitaron: el cementerio de San Fernando. ¿Y saben por qué? Porque,según cuentan, a Morante le ha dado buen bajío (en los toros, buena suerte) visitar los camposantos: en 2013, después de rezar ante la tumba de Manolete, cortó cuatro orejas y un rabo en Córdoba; este verano, en Pontevedra, salió a hombros después de pasear por la necrópolis romana de Adro Vello, junto a su amigo Joaquín Moeckel.
Santiago Abascal, con la montera de Morante tras el brindis en Arévalo
Santiago Abascal, con la montera de Morante tras el brindis en Arévalo - @Santi_ABASCAL
En busca de esa buena estrella, Abascal y su torero visitaron el domingo en el cementerio de San Fernando el Panteón a Joselito el Gallo, el rey de los toreros, tan admirado por Morante. Obra del escultor Mariano Benlliure, esta obra fue contemplada por el mismísimo Rey Alfonso XIII en su visita a Sevilla en 1930. En este conjunto escultórico, personalidades del mundo taurino, ganaderos y toreros, portan el féretro del Joselito. Además de aparecer Rafael el Gallo, Ignacio Sánchez Mejías o Eduardo Miura, en el cortejo fúnebre figura una mujer que porta una miniatura en bronce de la Macarena, de la que el torero era muy devoto. Como lo es Morante, que esta temporada brindó sendas faenas al autor de «Hay un camino a la derecha» en la Feria de la Peregrina -«España, lo primero»- y la plaza de Arévalo -«Santiago, va por ti y por España»-. La unidad de España y sus tradiciones, sin medias tintas. La clave de la apoteosis voxista.

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