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miércoles, 24 de abril de 2019

David de Miranda y Manolo Vanegas , un testimonio de vida

Acompañados de sus recuperadores, los dos toreros explicaron la experiencia que ha sido para ellos el proceso de superación de las graves lesiones cervicales que sufrieron tras sendos percances ante el toro

David de Miranda y Manolo Vanegas , un testimonio de vida


Hablaron de dolor y de capacidad de sufrimiento, de miedo y de fuerza mental, de incertidumbre y de esperanza, de fe y de querer volver a ser toreros. Hablaron de vida y del milagro que son dentro de ella. David de Miranda y Manolo Vanegas conmovieron al público que abarrotó la sala Juan Ramón Jiménez de la Fundación Cajasol en Huelva en el encuentro de sus muy duras experiencias personales que les unió para clausurar el Ciclo Los Toros y, a partir de sus testimonios tan sencillos y tan reales, reivindicar que los toreros son “héroes en medio de una sociedad que se va desprendiendo de sus valores”, en palabras del periodista Juan Ramón Romero, conductor del acto. En él participaron también el fisioterapeuta salmantino Luis Sánchez y el preparador físico onubense Pepe López, los profesionales de la salud y del deporte que, respectivamente, guían a diario el proceso de recuperación que Manuel y David siguen de las graves lesiones cervicales que les produjeron sendos percances ante los toros.

El objetivo de este acto era poner en valor cómo, tantas veces, el torero salva al hombre. “Manolo me da lecciones de vida a diario. Me hace bajar a los escalones más humildes de la realidad para darme cuenta que es un ejemplo de superación. Hay sesiones en las que utilizo con él decenas de agujas y no se queja ante ninguna. Y yo se que el motor que le mueve a soportar tanto es la ilusión que alberga de, algún día, poder torear de nuevo”, reconoció Luis Sánchez. “Lo que más quiero ahora es salvar al hombre y ya luego, si es posible, al menos, poder darle un muletazo a una becerra en el campo. Cuando estaba en el Hospital de Parapléjicos de Toledo, miraba a veces la muleta y el capote que guardaba en el armario y eso me daba fuerzas para no desfallecer”, explicó Vanegas emocionado e impresionante a la vez.

Por su parte, David de Miranda, quien, a diferencia de su compañero, sí ha vuelto ya a los ruedos, confesó que, lo sufrido y lo vivido, le ha cambiado tanto la vida, “que hoy aprecio como un tesoro hasta respirar porque hubo momentos en que hasta eso me costaba”. Y, aunque evitó hablar de su presencia de nuevo en las plazas “por respeto a Manuel, que no lo puede hacer aún”, también reconoció que “no me sentí libre de verdad hasta que no me vi ante el toro de mi reaparición en Huelva. A partir de ahí, es eso, la libertad, lo que más valoro de la vida”. Pepe López, su preparador físico, confesó sentirse “impactado por la capacidad de recuperación y de trabajo de David. Valora cada día de entrenamiento como una nueva oportunidad de la vida y se sabe protagonista de un milagro, pero ese milagro lo obra él a diario por su ímpetu tan puro y sincero por ser torero. A menudo le pongo de ejemplo y de estímulo para otros pacientes”.

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