La corrida que coincidió con la festividad de Madrid convocó a políticos y algún famoso en los tendidos
Manuel Morales
Madrid“Por san Isidro labrador, se va el frío y viene el sol”, dice el refranero, que se quedó corto en la festividad de Madrid; la capital sufrió ayer el día más caluroso en lo que va de año, más de 30 grados, un resistidero que no impidió el lleno en Las Ventas. Entre los aficionados, el rey emérito Juan Carlos, junto a su hija la infanta Elena, esta con sombrerito adornado con una cinta con los colores de la bandera de España y gafas de sol de espejo. A su lado, su hija, Victoria Federica, esta vez sin el torero con el que se la relaciona, Gonzalo Caballero. La nieta se colgó del cuello de su abuelo antes de entrar, gesto borbón que agradecieron los fotógrafos. La llegada de los tres a la meseta de toriles arrancó gritos de “¡Viva el rey!” y el aplauso de los de alrededor.
Ante una corrida con expectativas, acudieron de espectadores toreros como Miguel Abellán y El Niño de la Capea; también la diseñadora Ágatha Ruiz de la Prada, acompañada de su pareja, Luis Miguel Rodríguez, conocido como el rey de la chatarra por ser dueño de desguaces La Torre, gigante europeo del sector. Otro gigante, de 2,14 de alto, en los tendidos fue Willy Hernangómez, pívot de los Hornets de Charlotte.
Toros y toreros aparte, otro aliciente de la feria es que ha empezado en plena campaña electoral de autonómicas y municipales. De los políticos que peregrinaron por la pradera de San Isidro por la mañana, algunos se dejaron ver por la tarde en la plaza. Con la sede de Ciudadanos a unos metros de Las Ventas, el PP aparcó dos furgonetas que repetían en bucle rayante por sus altavoces notas de su himno y mensajes: “Con Almeida, tú ganas; adiós Madrid Central”. Con unas encuestas de nubarrones, la derecha ganó en los tendidos. Acudieron el candidato popular al Ayuntamiento, José Luis Martín-Almeida, esta vez sin vídeos de atascos, y Adolfo Suárez Illana, torero aficionado y número dos del PP al Congreso por Madrid. Cerca de la furgoneta del PP, una caseta de Vox repartió abanicos que por una cara mostraban el logo del partido. “Hija, si no te gusta lo pones por el otro lado”, le dijo una señora a otra, que lo volvió para refrescarse con la bandera española. Además, hubo merchandising a dos euros, “menos los globos, que son gratis”. Dentro, la candidata de esta formación a la Comunidad, Rocío Monasterio, y el diputado Iván Espinosa de los Monteros.
Quien también quiso hacer su agosto fue Pepi Fernández, la florista de la plaza, que lleva casi 40 años repartiendo claveles a la voluntad en los tendidos de la sombra y el dinero. “En los buenos tiempos vendíamos en un día 40 docenas a banqueros, marquesas...”, cuenta su marido, Rafael García. Ahora colocan unas 15. “Es que a los toros ya no viene el alto caché”.
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