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viernes, 5 de julio de 2019

Historia de la plaza de toros de Pamplona, «volcán» de los Sanfermines



El primer coso, contruido en 1843, tenía una capacidad de 900 espectadores; el actual cuenta con un aforo para 19.721 personas

Lleno en los tendidos de la plaza de toros de Pamplona
Lleno en los tendidos de la plaza de toros de Pamplona - Efe


Pamplona 

La plaza de toros de Pamplona, que dentro de tres años cumplirá su centenario, es cada mes de julio el epicentro del «terremoto» de los Sanfermines, que no podrían entenderse sin el encierro a primera hora de la mañana y las corridas de toros por las tardes.

Esta plaza de primera categoría, con aforo para 19.721 espectadores, es una de las mayores del mundo, tanto por su capacidad como por su fama internacional, informa Efe.

Actualmente, de las que siguen en activo, solo son mayores las monumentales de Ciudad de México y Las Ventas de Madrid. La de Valencia, en Venezuela, tiene más aforo, pero en este momento no está en uso, al igual que la mexicana de Playas de Tijuana, que ya está cerrada, ha explicado a Efe Mariano Pascal, miembro de la Comisión Taurina de la Casa de Misericordia.

Las primeras corridas de toros en Pamplona se celebraban en la Plaza del Castillo, donde se colocaban unas tablas que cercaban el ruedo, y el festejo era presenciado por el respetable desde los balcones.
Sin embargo, a medida que fue creciendo la afición a los toros, se hizo evidente la necesidad de aumentar el espacio para los espectadores y las medidas de seguridad.

Así, en 1843 se construyó la primera plaza de toros, con capacidad para 900 personas, cerca de la Plaza del Castillo, en el solar donde actualmente se ubica el Teatro Gayarre.

Era una plaza bastante endeble y, por ello, en 1849 fue reconstruida y se volvió a inaugurar en los Sanfermines de 1852. Durante esos tres años de obras, se utilizó una plaza de toros provisional ubicada en la Plaza del Vínculo.

Ya en el siglo XX, debido al ambicioso proyecto urbanístico del Segundo Ensanche y al deterioro en el que se encontraba la plaza de 1843, se decidió construir otra en las inmediaciones. Pero el Ayuntamiento de la época no podía hacer frente al gasto de una plaza nueva y cedió la iniciativa a la propia ciudad.

Más de 11.000 metros cuadrados

Para ello, en agosto de 1920, el Ayuntamiento cedió gratuitamente a la Casa de Misericordia 11.443 metros cuadrados en la zona del Primer Ensanche, para que la institución construyera y gestionara una plaza de toros. Desde entonces, ha indicado Pascal, el terreno está cedido a perpetuidad a la Casa de Misericordia, mientras se mantenga su uso para la plaza de toros.

Tras recibir el solar, la financiación de las obras corrió por cuenta de la Casa de Misericordia, que optó por emitir obligaciones por importe de 1,3 millones de pesetas, que fueron suscritas por El Crédito Navarro, La Vasconia y La Agrícola, y cientos de pamploneses.

Las obras comenzaron en marzo de 1921 y, debido a un incendio que arrasó la antigua plaza en agosto de ese mismo año, hubo que acelerar los trabajos para que la nueva estuviera lista para los Sanfermines de 1922.

Para ello se contrató al arquitecto donostiarra Francisco Urcola, al que avalaba la autoría del proyecto de la plaza de El Chofre de San Sebastián y de la plaza de toros Monumental de Sevilla. Urcola diseñó para Pamplona una plaza con 14.000 localidades y apostó por el hormigón armado para su estructura.

De hecho, ha subrayado Pascal, la plaza pamplonesa es la segunda obra civil construida en hormigón armado más antigua de España. Por ello, en cada reforma que se lleva a cabo, se presta especial atención al estado de la estructura para observar la evolución y la resistencia del hormigón armado a lo largo del tiempo.

La nueva plaza fue inaugurada el 7 de julio de 1922 con un cartel compuesto por toros de Vicente Martínez, y los espadas Julián Díaz Saleri II, Juan Luis de la Rosa y Marcial Lalanda.
En años posteriores la plaza fue reformada en varias ocasiones. Destaca la realizada en 1967 por el tudelano Rafael Moneo, que sustituyó las antiguas gradas por una andanada que aumentó el aforo en más de 5.000 espectadores.

Desde que se construyó la plaza de toros, ha comentado Pascal, «igual ha habido diez obras distintas. Se ha ido adaptando con el tiempo».

En 2004 y 2005 se llevaron a cabo también obras de envergadura para que la plaza cumpliera la normativa de seguridad. Entonces se hallaron en la zona del coso una fuente y un canal del siglo XVI que abasteció al burgo de Navarrería, un puente y restos del Revellín de la Tejería de las murallas.

Además, de cara a su centenario en 2022, la Casa de Misericordia ha programado una serie de trabajos de limpieza y consolidación y el primero de ellos ha sido la restauración de su puerta principal.

Con el tiempo, la plaza ha ido mejorando en seguridad y en comodidad, hasta convertirse en una de las mejores del mundo. Destaca sobre todo su enfermería, por su tamaño y su equipamiento. «Hay muy poquitas enfermerías taurinas en el mundo que tengan dos quirófanos», ha asegurado Pascal, quien ha comentado que su uso para atender a heridos en los encierros «hace que tenga que ser muy adaptable a distintas emergencias».

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