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miércoles, 30 de octubre de 2019

Mariano de la Viña abandona la UCI 17 días después de su brutal cornada



Evoluciona favorablemente, pero con cautela médica, de la gravísima cogida sufrida en la Misericordia el pasado día 13

Mariano de la Viña
Mariano de la Viña - Efe


Zaragoza 

El banderillero Mariano de la Viña ha pasado diecisiete días en la UCI de la clínica Quirón de Zaragoza. Más de dos semanas de extrema gravedad. Tras casi ocho horas de quirófano, el equipo médico del doctor Carlos Val-Carreres logró salvarle la vida, y desde entonces en la Unidad de Cuidados Intensivos ha ido evolucionando de manera favorable. Favorable, pero lenta, y siempre bajo la cautela médica, que cada día que pasaba sin complicaciones en las gravísimas heridas, era considerado un triunfo.

Tras más de dos semanas, los doctores han considerado que era el momento ya de pasar al herido a planta. Y en la mañana del miércoles 30 de octubre, se dio un gran paso en el horizonte de la recuperación del torero. En los últimos días comenzó a levantarse de la cama, a ingerir alimentación vía oral, a mantenerse orientado y conversando con cierta normalidad. Todo esto, y el buen riego en la pierna derecha, tanto arterial como venoso, el buen pulso, y el buen aspecto de las heridas, aconsejaron el traslado, que fue recibido por el propio torero como por sus familiares como un avance definitivo en su curación.

De la Viña fue brutalmente cogido por el cuarto toro de la última corrida de la Feria del Pilar, el pasado 13 de octubre. Una cogida de un hondo traumatismo que conmocionó a sus compañeros y a toda la plaza, que quedó en un silencio desolador. Llegó a la enfermería en una situación “cataclísmica”. El doctor Val-Carreres aseguró a ABC que “llegó sin vida, luchamos contra el tiempo, tuvimos que intervenir sin tiempo ni para quitarle el traje ni para anestesiarlo siquiera”.

El parte médico, sigue produciendo escalofríos: “Dos heridas por asta de toro y traumatismo craneoencefálico. Una herida a nivel de triángulo Scarpa derecho con orificio de entrada de 12 centímetros y dos trayectorias, una ascendente de 27 centímetros que arranca la arteria femoral superficial y rompe en su porción distal la arteria iliaca interna. Con rotura de los músculos sartorio y adductor mediano penetrando en espacio retroperitoneal.

Una segunda herida a nivel de la región glútea izquierda con orificio de entrada de 8 centímetros y trayectoria hacia delante de 22 centímetros que penetra por la escotadura ciática alcanzando el espacio situado entre recto y vejiga tras arrancar la arteria iliaca interna izquierda en su origen.
Traumatismo craneoencefálico pendiente de diagnóstico por la imagen. El herido ingresa en la enfermería en situación cataclísmica, inconsciente, con una hemorragia de gran intensidad. Pronóstico muy grave”.

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