El diestro abandonó el hospital tras grave cornada del domingo en Zaragoza
Miguel Ángel Perera abandona con muletas la clínica zaragozana, con el doctor Val-Carreres a su lado - Fabián Simón
Zaragoza
Miguel Ángel Perera abandonó al mediodía de este martes la clínica Quirón de Zaragoza en donde fue ingresado el pasado domingo tras recibir una grave cornada en la plaza de toros de la capital aragonesa. Tras recibir el alta hospitalaria, el diestro no quiso olvidar a su compañero Mariano de la Viña, que permanece en la UCI por la brutal cornada sufrida ese mismo día. «Todo mi apoyo para él, gracias a Dios, yo tuve más suerte que Mariano».
Perera abandonó el centro médico acompañado por el doctor Carlos Val-Carreres, a quien agradeció sus cuidados y definió a él y todo su equipo como «auténticos ángeles de la guarda de los toreros».
El diestro, apoyado en dos muletas, dijo que la cornada había sido «muy extensa, pero limpia, muscular», lo que ha facilitado la rápida recuperación, que seguirá bajo la atención médica hasta la completa cicatrización de la cornada que le infirió el sexto toro de la tarde del día 13 de octubre, que en el parte médico del doctor Val-Carreres sellaba como una «herida por asta de toro a nivel de la unión del tercio medio-inferior de la cara posterior del muslo izquierdo con orificio de entrada de 7 centímetros y dos trayectorias, una ascendente de 20 centímetros, que dislacera fibras de los músculos isquiotibiales y otra externa, de 4 centímetros, que se pierde en el tejido celular subcutáneo.
Pronóstico grave».
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