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miércoles, 20 de noviembre de 2019

Fernando Villalón, el poeta que se arruinó buscando toros de ojos verdes


La Hermandad de San Bernardo acoge este jueves la presentación del libro «Fernando Villalón, centauro de pena», de Eduardo J. Pastor Rodríguez

Fernando Villalón, de garrochista
Fernando Villalón, de garrochista - ABC


Sevilla

La Hermandad de San Bernardo acoge este jueves la presentación del libro «Fernando Villalón, centauro de pena», del escritor Eduardo J. Pastor Rodríguez. El acto, que tendrá lugar a las 20,00 horas en la Casa Hermandad, será presentado por Antonio Rodríguez Hidalgo y por Eugenio Jiménez Lobato. Los beneficios obtenidos con la venta del libro, durante la presentación, serán destinados a la Diputación de Caridad de la hermandad, según informa Europa Press.

El nuevo libro de Eduardo J. Pastor Rodríguez, que versa sobre uno de los poetas más controvertidos de la Generación del 27 y que retrató como nadie la Andalucía de principios del siglo XX, ha sido publicado por la editorial Almuzara. Una autobiografía no autorizada y novelada en la que el autor narra la apasionante vida del aristócrata, poeta y ganadero que fue maltratado por la crítica, «injustamente relegado al infierno de la poesía menor» y que se arruinó invirtiendo en negocios «absolutamente poéticos», como los llamaba Rafael Alberti, malgastando su fortuna en crear una ganadería de toros con los ojos verdes.

Como explicaba Eva Díaz Pérez en ABC Sevilla, «Villalón murió pobre en Madrid, pero se había criado en Sevilla en una casa solariega de la vieja aristocracia. Su familia residía en Morón de la Frontera, paisaje telúrico que influyó en su biografía. Era propietario de varias fincas como el Cortijo de la Sierra de Gibalbín o la Dehesa Majada Vieja cerca de Lebrija. Pero fue malvendiendo tierras para criar una ganadería de toros con los ojos verdes. Toros mitológicos, como de mosaico antiguo, porque buscaba la raza más añeja, la que seguía pastando en los campos de Tartessos. Parece que lo de los ojos verdes era una de sus bromas poéticas. Lo que ansiaba era conseguir la característica de la ganadería saavedreña con un tono verdinoso en el arranque de los cuernos. Villalón soñaba corridas imposibles porque, como decía Belmonte, nadie quería lidiar sus morlacos de leyenda. No quiso hacer un negocio sino una metáfora. Por eso se arruinó».

Escrita en primera persona y acompañado de todos los que fraguaron el mito, Fernando Villalón fue el escritor olvidado de la generación que vio nacer a Lorca, Alberti, Guillén, Cernuda o Salinas, entre otros.

Compañero de estudios de Juan Ramón Jiménez, lector compulsivo de la nueva y la vieja poesía, espiritista, teósofo y otras tantas cosas más, la vida de este sevillano, nacido en Morón de la Frontera, no dejó indiferente a sus coetáneos, como tampoco lo hará con el lector que se acerque a través de este libro a su peculiar forma de ver y vivir la vida.

«Ahí nací yo. En esa casa de ahí -la de la fachada sobria con sillares de piedra en la portada- lloré por primera vez cuando mi madre me trajo a este maldito mundo de infidelidades, puñaladas traperas y mentiras. Con el paso de los años sería la casa donde murió, entre azucenas y alpargatas de esparto, María de los Ángeles Guerrero González, a la que unas llamaban Madre Angelita y otros Sor Ángela. Aunque según me han dicho, el Santo Padre de Roma ya la hizo Santa. Santa de altares gitanos y ruega por nosotros, pecadores...»

Escrito con una prosa impecable e íntima, «Fernando Villalón. Centauro de pena», es «una obra que viene a este mundo para hacer justicia a este original verso suelto y que tuvo que convivir con una excelsa generación de poetas que eclipsó, de alguna forma, su legado poético, pero que jamás ensombreció la figura de uno de los hombres con más personalidad y arrojo de una generación que ha hecho historia en la literatura universal», ha explicado el autor.

Eduardo Javier Pastor Rodríguez nació en Paradas (Sevilla) en 1978. Es licenciado en Derecho y su vida profesional gira en torno a la Prevención de Riesgos Laborales. Desde 1999 ha participado activamente en la vida cultural de su pueblo pronunciando el Pregón de la Semana Santa, el de Feria y el de Navidad.

Durante cinco años fue director de la revista Sevilla Flamenca y asesor jurídico de la Federación de Peñas de Sevilla. Ha estado ligado al mundo del flamenco desde muy joven.

Fruto de ello fue la publicación de «De frente y de perfil. Retratos de flamenco» y la coautoría de Semana cultural de actividades flamencas de Paradas (1991-2015). Ha participado prologando, comentando y anotando en la reedición de dos obras del cantaor y escritor Luis Caballero Polo; «¿Somos o no somos andaluces?», en 2011 e «Historias de flamencos. Flamencos con historias», en 2019.

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