'Ver los grabados De Goya y describirlo como antitaurino es como decir que Beethoven golpeaba el piano porque odiaba la música, de ahí su quinta sinfonía...', ha criticado el torero malagueño.
"Ver los grabados De Goya y describirlo como antitaurino es como decir que Beethoven golpeaba el piano porque odiaba la música, de ahí su quinta sinfonía... no solo es absurdo, sino que es inadmisible. Manipular la historia y la cultura es ruin y mezquino". Así ha sido la forma que ha tenido Fortes de arremeter contra el Museo del Prado después de difundir la falacia de que la obra de Francisco de Goya es antitaurina.
ASÍ ES EL GOYA TAURINO PARA LA UNESCO
«La Tauromaquia » de Francisco Goya es un álbum de 33 aguafuertes publicadas por el propio grabador en 1816. Se han publicado ocho ediciones hasta 1983. A partir de la tercera edición de Loizelet en París en 1876, la obra comprendía siete tablas adicionales numeradas de A a G. La serie conservada en la UNESCO representa el ejemplar nº 47 de los 150 publicados por la editora Nacional de Madrid en 1990.
Para esta serie, Goya ejecutó 50 dibujos preparatorios en tiza roja y realizó el grabado en dos veces: el grabado en aguafuerte con una tiraje limitado a unas pocas pruebas de ensayo y después, el grabado a la aguatinta para variar la iluminación y dramatizar la escena. El grabador se dirigió a los aficionados, basándose en el texto histórico de Moratin para representar la evolución de las corridas desde su origen hasta 1800. Ilustraba también las hazañas de los toreros más famosos de su tiempo como Pedro Romero, inventor de las reglas clásicas, Ceballos, originario de Argentina, Martincho, famoso por sus acrobacias y Pepe Illo, ilustre por su exuberancia. Después de las burlas de los “Caprichos” y la tragedia de los “Desastres”, Goya mostró una inspiración más serena apoyándose en sus recuerdos de juventud. Reprodujo con precisión los gestos graciosos de la “lidia” o eligió en las “suertes” el instante más emocionante.
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