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domingo, 1 de diciembre de 2019

Espero su respuesta, señor Bailleres

Espero su respuesta, señor Bailleres

Manolo Molés

Lo de Ferrera es para tomarlo muy en serio. Te gustará más o te gustará menos, pero es una figura del toreo. Como suena y sin quitarle un ápice. Su espléndida y rotunda madurez va escribiendo libros de tauromaquia en tardes como Madrid, en Guadalajara (México), la plaza en la que se lidian los toros más serios de todo México. Muy por encima de la Monumental de la capital, que, por cierto, quitando un par de tardes al año, aquello parece un monumento al cemento y, además, salvo bienvenidas excepciones, un desfile de mansos, de toros que perdieron la casta, de animales somnolientos que pueden herirte, claro, pero que no tienen los mínimos necesarios para la emoción. Ojo: me refiero a la emoción del toreo profundo, entregado y necesario para que fluya el misterio de la Fiesta. No de la siesta. Que allí les llega por la tarde y que a España, por la diferencia horaria, se mastica ya con el sueño. Y para eso, es verdad, la mayor parte de noches mexicanas de La México son la pastilla perfecta para roncar o quedarte frito. Lo que ves en la televisión, salvo leves noches, es un espectáculo que parece organizado por antitaurinos. Y lo peor es que esas retransmisiones, salvo milagro, te quitan las ganas de ver toros. Todo no vale para la televisión. Alguien se llevará algo de ese martirio. La feria torista en ese gran país es Guadalajara, no la capital. Ahí tienen la que armó Ferrera, y una actuación de buen nivel de Roca Rey. Lo de la “dormidera” de la capital lo siento por Perera porque pagó el pato Perera, un torero en buen momento y que tuvo animales sin opciones.

HAY QUE APOYAR Y ACABAR CON LA SEQUÍA DE AMÉRICA

Menos mal que esta no la vimos porque en Lima, la bella y española capital del Perú, también organizaron algo similar a “una limpieza de corrales” bajo el hermoso título de “Encuentro de Naciones”. Y como es normal, hubo un cuarto de plaza ocupado y el resto, desierto. Y en el cartel, un poco de todo, con los hierros (parecen religiosos) de Santa Rosa de Lima y del Apóstol Santiago. Miren la lista: Jerónimo, silencio; Luis Bolívar, qué maltratado está este torero, más silencio; Paco Ramos, paisano de mi tierra, de Castellón, también silencio para una vez que baja de los pueblos dignos de la montaña y le ponen en la capital; Vaya tela. A un tal Luis López le tocaron los tres avisos y le sonaron los pitos; Rafa Serna, otro silencio; y la única vuelta al ruedo fue para Jesús Enrique Colombo, un venezolano que da la cara.

Los Bailleres (padre e hijo, que ha tomado las riendas) reeditan la historia pero al contrario. Su unión con los herederos del gran Chopo supone la reconquista taurina de España para los empresarios mexicanos. No solo han comprado fincas y ganaderías en Extremadura. Además, han llevado a su terreno el imperio Chopera

Te digo una cosa, Victorino, tú que eres buen ganadero y abres caminos. Lo de América es fundamental defenderlo. Francia, gracias a Dios y a su talento, lo remedian ellos. Pero, ¿qué se puede hacer, Victorino, qué pajuelas, qué semen, qué sementales les enviamos para que levanten la emoción y, por tanto, el espectáculo y el triunfo? Aquí hay muchas ganaderías, aquí y en Francia, y hasta Portugal, que podrían aliviar esa necesidad ya casi general en toda América. Aquí hay ganaderías bravas y con casta -ver carteles de Francia-. Hay que apoyar y acabar con la sequía de América. Y España tiene la obligación y sementales para frenar la caída. Yo creo. La historia va y viene. Todo tiene su tiempo. Hubo un tiempo en que un gran empresario español (Manolo Chopera y en parte también José Antonio Chopera) reinó en todos los países americanos. El gran Chopo fue empresario en México, Venezuela, Colombia, Perú, Ecuador… Como aquel rey, no se ponía el sol en sus dominios. Manejó toda la América taurina y añadió una ganadería en Venezuela. Esa es la verdad.

LAS COLONIZACIONES TAURINAS NUNCA SALIERON BIEN

Ahora la historia nos devuelve la reconquista taurina pero al revés. El gran amigo de los Chopera era y es el gran Bailleres, el veterano, el padre que, afortunadamente, está vivo y cargado de afición. Y parece que su hijo también la ha heredado. Pero la historia ahora se escribe al revés.

Los Bailleres (padre e hijo, que ha tomado las riendas) reeditan la historia pero al contrario. Su unión con los herederos del gran Chopo supone la reconquista taurina de España para los empresarios mexicanos. No solo han comprado fincas y ganaderías en Extremadura. Además, han llevado a su terreno el imperio Chopera. Es verdad que mantienen el contacto, y un par de ellos están en el grupo, pero ahora los Bailleres con Chopera junior, su gerente en España, y Antonio Barrera, con el cargo de director corporativo del grupo BAL, lo dominan todo. Van a regir Bilbao por quince años, si, además, qué bien, tienen fincas y ganaderías en Extremadura y, si como aseguran, tienen en parte o en totalidad plazas que fueron de Manuel o de José Antonio Chopera, como Bilbao, Salamanca, Logroño, Córdoba, San Sebastián, Badajoz, etc., muchas en propiedad y otras interinas, el panorama cambia totalmente. Unen este poderío hispano con el que ya tienen en México y el resto de América.

Vale. Pero esto cambia el sentido de la Fiesta. Que no está repartida sino con un grupo muy dominante que no sabemos cómo defenderá la Fiesta en España. Las colonizaciones taurinas nunca salieron bien. De América nos echaron, de Francia, también, y lo normal es que gente del país, que tiene más cerca el pulso y el gusto de la afición, sea quien tenga las plazas.

Visto el panorama que lo cambia todo: una empresa mexicana va a gobernar la Fiesta en el país que la inventó. Vale. Yo digo una cosa muy en serio: “Señor Bailleres, hijo o padre, concédame una entrevista y aclaremos qué es lo quiere hacer de la fiesta de los toros en España, en donde usted será el máximo empresario, cuando a mí y a muchos lo que nos gustaría sería la diversidad, y no el monopolio, y que cada plaza tuviera su gestor y su personalidad. Espero que me conceda esa entrevista y me diga realmente cuáles son sus proyectos para una Fiesta que primero es española y luego todo lo demás. Espero su amable respuesta. Esa entrevista es urgente para saber en qué manos y en qué proyectos estamos. El silencio sería mala respuesta”. Hablar es necesario. El dinero es suyo.

 Pero la Fiesta es nuestra.

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