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miércoles, 12 de febrero de 2020

No hay derecho

No hay derecho

Ya ven como el mundo del toro no deja de recibir ofensivas. Ataques, no casuales, de quienes han escogido el oportuno momento para arremeter contra la tauromaquia aprovechando esa debilidad del nuevo Gobierno de España por acabar con el toreo sin “prohibirlo”. No hay día que pase sin un nuevo discurso dominante con el que se revigoriza el rechazo a las corridas de toros. A la injuria y a la descalificación se une esa otra forma, propia del animalismo, de atacar abocándonos a vivir con la perspectiva perenne del problema.

Y esos provocadores, emocionalmente atormentados y lacerantes de victimismo, que albergan un profundo rencor y un odio irracional hacia el toreo. Esos falsos demócratas, de penosa libertad, han obligado al director del colegio El Faro de Algeciras a eliminar de la página de Facebook unas fotografías correspondientes a tareas informativas, con tinte taurino, organizadas con el consentimiento de un centenar de padres. Y lo han conseguido ante la blandura de unos docentes que accedieron a quitarlas para así evitar males mayores ante la campaña de acoso que estaban sufriendo.

No hay derecho que, en esta época de arremetidas al toreo, estemos sometidos a la ley de deseo y al populismo que lo amordaza, Que se activen los vetos con métodos que inciden en los modos de ataques a la libertad. Y lo hacen minorías con absoluta entrega a la locura de impedir. No hay derecho que, a un padre, José María Soler, que participó en las habituales actividades que fomenta la escuela explicando su profesión a los compañeros de clase de su hijo, expresándoles los valores que atesora su oficio, igual que lo pueden hacer una madre médica o un padre carpintero, arremetan contra él y amedranten al centro en cuestión por el sólo hecho de ser un torero que ejerce de banderillero en la cuadrilla de El Juli.

Penoso proceder del radicalismo animalista que, sabedor de la etapa decisiva de una posible afición está en la temprana edad de la juventud, veta la libertar de saber y conocer. No, no es una simple coacción a un colegio. Es otra vil manera de prohibir.

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