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viernes, 7 de febrero de 2020

San Isidro se rinde a Gallito: «Lo que diga José»



En el centenario de su muerte, Joselito será el protagonista de las exposiciones de esta temporada en Las Ventas 

José Gómez Ortega
José Gómez Ortega - ABC


Madrid 

Dijo El Guerra que quien quisiera ver a Belmonte se diera prisa. Pero el rival de Joselito en la edad dorada del toreo sobrevivió a Gallito. Aunque este último fue el mandamás y el propio Juan solía decir: «Lo que diga José». Un siglo después de su muerte, también San Isidro se rinde a su figura y será el protagonista de la temporada: Las Ventas rendirá homenaje con varias exposiciones al torero que cuando salía un rival nuevo pedía: «¡Que me lo pongan!»

Si ayer se presentó el cartel de la Feria de Fallas inspirado en Joselito, hoy el Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid, dirigido por Miguel Abellán y con Gloria Sánchez pendiente de cada muestra cultural, ha dado a conocer su calendario de exposiciones para San Isidro 2020. Según se informa en nota de prensa, la figura de José Gómez Ortega «Gallito» protagoniza el plato fuerte del programa con motivo del centenario de su fallecimiento en la plaza de toros de Talavera de la Reina.

La muestra se inaugurará en el arranque de San Isidro y estará expuesta durante toda la feria repartida entre la Sala Antonio Bienvenida de la Monumental madrileña y las vitrinas exteriores de los tendidos 1, 2 y 10. De forma paralela, se desarrollará un calendario de actos culturales (conferencias, mesas redondas y presentaciones de libros) que también ahondarán en la figura de Joselito.

La exposición contará con obras de arte –algunas inéditas- sobre el torero sevillano que llevarán la firma de artistas de prestigio como Diego Ramos, Humberto Parra, Robert Ryan y César Palacios, entre otros, además de nuevos valores de la pintura taurina que harán una interpretación libre de la figura de Gallito. También se recurrirá a los fondos artísticos de la Comunidad de Madrid con obras de Roberto Domingo, Manuel Benedito, Ricardo Marín o Eloy Morales.

Por otro lado, desde el Centro de Asuntos Taurinos, se están seleccionando fotografías originales o menos conocidas de Joselito con las que se diseñarán varios paneles de gran formato que contarán la vida y algunas anécdotas personales y profesionales del diestro, así como demostrar lo que el siglo XXI aún le debe al llamado «Rey de los toreros». El objetivo del proyecto es centrarse no sólo en la Tauromaquia del menor de los Gallo, sino también en su personalidad y en lo que la Modernidad le debe.

Finalmente, la exposición se complementará con objetos personales, como el chaleco grana y oro que vistió durante su última tarde de toros en Talavera, un terno completo cedido para la ocasión por el Museo Taurino de Valencia, la cabeza naturalizada de un Miura procedente del Museo de Ávila, bocetos del mausoleo de Gallito esculpido por Mariano Benlliure, cartelería, libros, recortes de prensa de la época, etc.

Otras exposiciones durante San Isidro

Pero no será la única exposición durante la primavera. Para el aperitivo de la miniferia de la Comunidad de Madrid, se organizará una exhibición de juguetes taurinos en la Sala Antonio Bienvenida de la mano de un taller artesano de Villarreal (Castellón), los cuales crean una gama de productos a escala que reproducen con total realismo la Fiesta del toro, desde las labores del campo hasta la lidia en la plaza, sin olvidar festejos populares tan internacionales como los encierros de Pamplona.

Por otro lado, y como ya viene siendo costumbre, a lo largo de San Isidro, el Centro de Asuntos Taurinos dedicará la segunda de sus salas culturales, la Antoñete, a otros artistas cuyas obras están inspiradas en el mundo de los toros, dando visibilidad así a nuevos talentos o a autores menos conocidos hasta la fecha. Es el caso de Miguel Caravaca y Enrique Cruz-Calonge, dos artistas plásticos que beben de la cartelería, el expresionismo y el Street Art; el escultor Antoni Areny y el pintor Pepe Yagües, fascinados ambos por el simbolismo y la relación entre la mitología y la tauromaquia; y finalmente, las pintoras hiperrealistas Mercedes Fidalgo e Yvon Gil.

Enrique Cruz-Calonge en la muestra que trae a Las Ventas, homenajea a su padre, Honorio Cruz, «El Torero de Campo de Criptana». Sus obras están realizadas con técnica mixta: acrílico, aerógrafo y collage. Este artista ha realizado exposiciones en toda España, Frankfurt, Berlín, Costa Rica, Miami y, actualmente, desarrolla su carrera entre Ciudad de México y Madrid. Su estilo toma elementos del expresionismo abstracto y el simbolismo.

Por su parte, Miguel Caravaca nació en los barrios céntricos del Madrid de los años 80. Se interesó desde muy pequeño por la pintura y el dibujo, así como por la cultura urbana que en aquellos años rebosaba en su ciudad natal. En esta muestra en Las Ventas, Caravaca propone al espectador que asista a la plaza número uno del mundo, para a través de su pintura presenciar una corrida de toros. El artista maneja un lenguaje pictórico que incorpora diferentes elementos tamizados por el arte urbano y las influencias del cubismo, para plasmar -a partir de un mecanismo contemporáneo donde el color, la línea y la composición centran todo el interés- un lenguaje propio dotado de plasticidad y belleza.

El escultor catalán Antoni Areny trae este San Isidro a Las Ventas su colección «Taurus», centrada en la figura del toro, animal que ha ocupado un lugar preferente en la economía agrícola y ganadera, el lenguaje moderno y la simbología. En su obra, Areny hace un guiño a la historia mediterránea y a los grandes mitos clásicos.

Comparte sala con el polifacético artista murciano Pepe Yagües, cuya exposición se titula «La vida es un toro: embisto, luego existo». Yagües indaga y muestra el motivo, el Ser del Toro, como argumento presencial fundamental en la cultura de la Antigüedad Grecolatina, incluyendo el componente de la danza, coreografía de vida y muerte, no exenta de erotismo, tan presente en la Tauromaquia contemporánea.

Mer Fidalgo es una artista autodidacta que explora la esfera hiperrealista a través del dibujo a lápiz. Centra su trabajo y esfuerzo en conseguir una visión lo más realista posible de las grandes figuras del toreo, intentado que el espectador llegue a dudar si está ante una obra hecha a lápiz o una fotografía.
La primera vez que la venezolana Yvon Gil tuvo la ocasión de contemplar un vestido de luces, le llamó la atención esa maravillosa y exquisita artesanía, como joyas de orfebrería. Desde entonces, también aplica técnicas hiperrealistas para plasmar, en detalle, las luces y sombras de los ternos toreros.

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