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martes, 31 de marzo de 2020

«Me siento como si me hubiesen puesto en medio del ruedo sin capote ni espada»



Nieves, una anestesista extremeña que trabaja en el equipo taurino del área de Badajoz, narra su experiencia frente a la pandemia

Nieves, una anestesista del complejo hospitalario de Badajoz, lanza un gesto de esperanza por «nuestra mejor victoria»
Nieves, una anestesista del complejo hospitalario de Badajoz, lanza un gesto de esperanza por «nuestra mejor victoria» - ABC

Rosario Pérez

«Me siento como si me hubieran puesto en medio del ruedo sin capote ni espada, esperando a que en cualquier momento se abra el portón, con la gente aplaudiendo...» Nieves Luque, una anestesista de 43 años que ha visto de cerca duras cornadas en las plazas de Extremadura, está cosida a valor, pero también siente miedo. Como tantos. Como todos. Como tantos otros médicos ocupa hoy un lugar en la trinchera, dispuesta para salir cuando el deber la llame, cuando los pacientes la necesiten. «Soy un soldado más, al que pueden llamar para ir al frente en cualquier momento». En el Ejército de la Medicina, Nieves y sus colegas tienen asignado un número para actuar cuando sea necesario en el área del complejo hospitalario de Badajoz.

Esta pacense de pelo azabache y ojos esmeralda lleva dos décadas consagrada a la Medicina. Ha vivido la cara más desagradable de muchas enfermades y ha dormido a muchos pacientes para aliviar su dolor. Ahora, al igual que sus compañeros, navega en el mar de la incertidumbre. «Hay una psicosis tremenda, creo que se ha actuado demasiado lento y ahora estamos sufriendo consecuencias mucho más graves», cuenta. Y dice: «Yo no puedo quejarme. Lo héroes son los que se están enfrentando cara a cara a este virus tan contagioso. El 16% de los infectados en la región (según las cifras de este lunes) pertenecen al personal médico. Yo, por ahora, estoy en segunda línea de fuego».
Pero si sus compañeros caen heridos, Nieves tendrá que dar un paso adelante en este combate, aunque el peligro se percibe ya en su día a día: «Hemos estado con compañeros que estuvieron con pacientes contagiados, y que ya han dado positivo...» Es el caso del traumatólogo José Luis Calatayud, integrante del equipo taurino de Badajoz, que lidia a este bicho de pedernal guardando cuarentena en su domicilio. A la mayoría ni siquiera se les hace el test, con el riesgo que conlleva para todos los ángeles de bata blanca y verde que velan por los enfermos, para sus familias. Su salud es hoy la de todos.

Nieves no se queja, pero sabe que el riesgo no es solo el de la primera línea. «Tenemos que intubar a los enfermos y acercarnos a la vía aérea, con todo lo que ello implica», explica. Y cuenta que «en el hospital de Badajoz hay 39 casos, con cinco en la UCI y los demás más leves, pero esta enfermedad es tan traicionera y contagiosa que enseguida puede variar la cifra».

Nieves admira la labor de todos sus colegas y se detiene en la gravedad de la situación de Madrid: «Allí está la gran guerra, se están jugando literalmente la vida, sin apenas protección...»

Como todos los médicos y enfermeros, su voz se eleva en la única petición: «Tener medidas de protección, por los pacientes, por nuestras familias, por nosotros. ¿Qué menos que disponer de mascarillas? ¿Qué menos que hacernos los test?». «La gente tiene miedo -agrega-, como si llegase una tsunami que no se puede controlar».

Su consejo es el de toda la cuadrilla sanitaria: «Que la gente se quede en casa, por su salud y por la de todos. Es muy duro, pero juntos venceremos».

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