Paco Ureña: «Esta soledad y este miedo se asemejan a cuando perdí la visión del ojo»
El
gran triunfador de la temporada 2019, que este miércoles toreaba en
Fallas, habla de la situación actual, «una pesadilla para todos y un
mazazo para el mundo del toro»
Paco Ureña - Guillermo Navarro
Rosario Pérez
Lo que va
de 2019 a 2020. Un mundo, no tan distinto para un torero amigo íntimo de
la soledad. Por otros motivos, por otra cornada. La del toro que le
arrancó la visión del ojo izquierdo y a punto estuvo de arrebatarle la
vida. Hace un año, Paco Ureña reaparecía en Valencia
con la mitad de su rostro en penumbra por el percance sufrido en
septiembre de 2018 en Albacete. Y volvió para alzarse con la copa de la
victoria de toda la temporada. El triunfador de 2019 cumplía este
miércoles su primer paseíllo en las Fallas, pero la
feria de la capital del Turia se ha cancelado, como tantas otras, por el
Covid-19 que arrasa con la piel de toro. «Era el día de volver a hacer
lo que más me apasiona: torear».
«Los
sanitarios ponen en peligro su vida por el coronavirus. Hacen una labor
brutal para velar por los enfermos. Merecen un ole muy grande»
Ureña guarda silencio. Son muchos los recuerdos. Rememora aquel día de su renacimiento. Tantos temores, tanta desolación, tanta incertidumbre:
«Hace año y pico, por lo del ojo, viví una situación parecida en
solitario, de miedo, de no saber qué iba a pasar, de no saber si iba a
torear, si perdería la visión completa... No sabía qué futuro me
esperaba. Ahora, siendo un caso que ya no es en solitario, sino que nos
afecta a todos, pienso mucho, y todo eso se asemeja a aquella
incertidumbre, a aquel miedo, a no saber qué va a pasar. Es muy
desagradable, pero lo superaremos».
-¿Cómo lo está viviendo?
-Junto
a mi mujer, Elena, cumplo las normas sanitarias en nuestra casa de El
Casar. Esto es surrealista, parece una película de ficción. Lo estamos
sufriendo todos los españoles, y como todos ellos deseo que esto termine
cuando antes para seguir adelante.
-¿Puede continuar sus entrenamientos?
-No
puedo hacer tentaderos, que es lo que me gustaría. Pero sí tengo la
suerte de tener un pequeño gimnasio donde entrenar, puedo coger los
chismes y torear de salón. Yo no me puedo quejar.
-¿Le preocupa esta crisis?
-Mucho.
Esto es un mazazo tremendo para la economía en general y para el mundo
del toro, para empresarios, ganaderos y toreros. De los toreros viven
muchas familias taurinas. La cuadrilla, el chófer... Son muchas personas
las que dejan de ingresar dinero. Quizá los ganaderos sean los que más
lo sufran porque tienen que seguir echando de comer a los animales, pero
de los toreros dependen muchas personas.
-Con el añadido de que los que no han toreado en América no facturan desde octubre.
-Es
un drama. Hay gente que lo va a pasar verdaderamente mal. Por eso hay
que cumplir lo que dicen las autoridades sanitarias para echar a andar
cuanto antes.
-¿Ha estado a la altura el Gobierno?
-Sinceramente,
creo que no. Teníamos el refrán de «cuando las barbas de tu vecino veas
pelar, pon las tuyas a remojar», y teníamos un precedente tan grande
como el de Italia. Nos advertían de que no hiciésemos eventos ni
concentraciones masificadas, que tomásemos medidas drásticas cuanto
antes. ¿Cómo se ha podido tardar tanto tiempo en reaccionar, en cerrar
las fronteras y paralizar el país? Si se hubiese actuado antes con mayor
contundencia, se hubiera ganado mucho tiempo. «Mire usted, esto es un
estado de emergencia y aquí no se mueve ni Cristo». A veces parece que
vivimos en un país donde creemos que nunca va a pasar nada, con muchos
valores perdidos y con el «sálvese quien pueda». Esto debe servir para
unir a todos los españoles y darnos cuenta de nuestros errores.
-¿A quién aplaudiría?
-Los
sanitarios merecen un ole muy grande, por el trabajo y el esfuerzo que
hacen. Se están jugando la vida, la ponen en peligro para velar por los
enfermos de coronavirus. Hacen una labor brutal.
-Usted conoce de cerca el sacrificio. ¿Qué mensaje enviaría a la gente?
-Que
mantengan la cabeza fuerte y que sean positivos. Y, sobre todo, no
movernos de casa. Lo importante es la salud, que no haya más muertes ni
más contagios. Cuando todo pase, volveremos a la normalidad y a hacer
cada uno lo que más nos guste.
-¿Ve factible aplazar las ferias?
-Yo
confío en que esto se vaya frenando, aunque no sabemos cuándo pasará
del todo. Los empresarios se unirán para tomar medidas y dar todas las
ferias posibles, aunque la temporada se alargue un poco más. Es muy
complicado, claro, pero esto ha pegado muy fuerte al sector. Nosotros no
tenemos un sueldo y dependemos de lo que generamos.
-¿Le duele este escenario?
-Me
duele muchísimo. Es un mazazo y una desgracia para todos. Es muy
negativo para la economía, habrá despidos. ¿Qué hace el empresario que
tenga que pagar quince mil euros todos los meses? Es una pesadilla,
parece irreal. Cuando no puedes torear por un percance, dependes de tu
propia evolución, pero este caso es muy dramático. Es una locura total.
Nos afecta a todos y no podemos hacer nada, solo estar en casa para no
contagiarnos ni contagiar a nadie. Ojalá aprendamos la lección, todos
unidos y cumpliendo las normas de Sanidad, y volvamos más fuertes. En mi
caso, sentirme libre toreando.
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