La valiente actitud del Monarca lo hace merecedor de nuestro mayor respeto Felipe VI se ha ganado el corazón de millones de aficionados iberoamericanos para los que a través de la Fiesta de los toros forman con España, una gran comunidad cultural
Ha sido durante la reciente entrega de los Premios Taurinos y Universitarios de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, donde Su Majestad el Rey Felipe VI ha reconocido a la Tauromaquia como parte del Patrimonio Cultural Inmaterial de millones de españoles. Justamente lo que hemos promovido durante casi 20 años desde la AIT, con nuestro Proyecto Tauromaquia-UNESCO, que hoy recibe el espaldarazo moral de la Corona de España.
En este sentido, el Rey Felipe VI reitera la que ha sido conducta de su padre el Rey Emérito Juan Carlos I, quien durante todo su Reinado fue un entusiasta de la Fiesta de los Toros, de la que hoy es gran aficionado.
Es lo lógico, la Corona española no hace otra cosa que ser consecuente con lo que forma parte de la tradición más genuina de la nacionalidad del pueblo español. Y es que en la familia Real ha habido grandes aficionados, como lo han sido la madre del Rey Juan Carlos I, Da María de las Mercedes, y la Infanta Elena y sus hijos Victoria Federica y Froilán, apasionados seguidores de la Tauromaquia.
Ahora bien, la declaración de Su Majestad cobra especial importancia, porque es pronunciada en tiempos en los que hay que ser valiente en la defensa de aquellos elementos que forman parte de nuestra cultura y de sus tradiciones, pues todos conocemos el furibundo e injusto ataque a que está sometida esta expresión de nuestra identidad nacional.
Sin embargo, a sabiendas de ello, el Rey Felipe VI se ha ido a Sevilla para afirmar públicamente una verdad incuestionable: La Tauromaquia es parte de nuestro Patrimonio Cultural Inmaterial, no sólo porque así lo dicen y garantizan nuestras leyes y la Constitución, sino porque así está instalada en las entrañas del pueblo español.
Felipe VI ha ganado muchos enteros en el corazón de los españoles, y en el de los millones de aficionados del mundo Iberoamericano, pues la Tauromaquia también está sembrada en los pueblos americanos que integran con España una gran comunidad cultural.
Es el Jefe del Estado español, la máxima autoridad y el auténtico responsable del destino de nuestra sociedad. Él sabe que no podemos permitir ataques a nuestras raíces. Cuando se atacan las raíces de un árbol, este se muere.
Y las raíces de nuestra cultura y tradiciones tienen que ser defendidas ante cualquier amenaza.
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