Su hijo sospechado de montar un esquema criminal de "fake news"
Jair Bolsonaro, presidente de Brasil (foto: ANSA)
(ANSA) - SAN PABLO, 25 ABR -
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, busca un jurista en reemplazo del renunciante ministro de Justicia Sergio Moro que dé algo de aire a su gobierno cada vez más maltrecho, mientras surgen revelaciones que salpican a uno de sus hijos en otro escándalo de corrupción.
Todo en medio de la letal pandemia que se ensaña con Brasil, donde Bolsonaro atacó sistemáticamente la cuarentena y la medidas restrictivas de algunos gobernadores y hasta calificó al Covid-19 como "una gripecita" El número de muertos por coronavirus en Brasil llegó este sábado a 4.016, con 58.509 casos confirmados por el ministerio de Salud.
Los decesos aumentaron en 346 en un día, un 9,4 % más que el viernes, aunque el récord fue alcanzado el pasado jueves, con 407 muertes en un solo día. Los casos confirmados crecieron un 10,4 % y en la última jornada fueron detectados otros 5.514.
Folha de Sao Paulo publicó hoy que en una investigación confidencial realizada por el Tribunal Supremo Federal (STF), la Policía Federal (PF) identificó al concejal Carlos Bolsonaro, hijo de del mandatario, como uno de los articuladores de un esquema criminal de noticias falsas.
Dentro de la Policía Federal, revela el periódico, no hay duda de que Bolsonaro quería exonerar al director de la Policía Federal Mauricio Valeixo, un hombre de confianza de Moro, porque sabía que la corporación había llegado a su hijo, a quien llamó "el 02". concejal en Río de Janeiro por el partido republicano.
Para el presidente, sacar a Valeixo del liderazgo de la PF podría allanar el camino para obtener información sobre la investigación de la Corte Suprema o incluso cambiar el grupo de delegados responsables del caso.
Uno de los cuatro delegados que trabajan en la investigación es Igor Romario de Paula, quien coordinó Lava Jato en Curitiba cuando Moro el juez de la operación, reveló Folha.
El despido de Valeixo desencadenó la renuncia de Moro, considerado un "súper" ministro en el gabinete de Bolsonaro y el hombre que mandó al ex presidente Lula da Silva a prisión por corrupción.
La salida de Moro y el proceder de Bolsonaro, un ex militar, señalan analista locales, puso de encono al ala dura del gobierno, el núcleo fuerte que sostiene a Bolsonaro, que está perdiendo ese respaldo. La investigación que apunta a Bolsonaro hijo fue abierta en marzo del año pasado por el presidente del STF, Dias Toffoli, para investigar el uso de noticias falsas para amenazar y calumniar a los ministros de la corte.
Carlos Bolsonaro es investigado bajo sospecha de ser uno de los líderes del grupo que reúne noticias falsas y actúa para intimidar y amenazar a las autoridades públicas en Internet. Pero también se sospecha de la participación de su hermano Eduardo Bolsonaro, diputado federal por el PSL (Partido Social Liberal, de derecha).
Algunos sectores de la prensa mencionaron como candidato al cargo de ministro de Justicia y Seguridad Pública, en lugar de Moro, el actual ministro Principal de la Secretaría General de la Presidencia, Jorge Oliveira.
El funcionario se reunió con Bolsonaro en la mañana, pero pareció no convencer al mandatario, que no realizó ningún anuncio de designación como se esperaba.
La oposición plantea que Bolsonaro ha cometido un delito de responsabilidad y está sujeto a un proceso de destitución, por lo que anunciaron que impulsarán un juicio político. Moro declaró ayer que Bolsonaro falsificó su firma y mintió en el decreto que exoneraba a Valeixo. El texto del decreto declaraba que director policial fue despedido "a pedido", es decir que el director habría solicitado su renuncia. Pero Moro dijo que esto no sucedió así y que no firmó el documento publicado en el Boletín Oficial. Horas después, el gobierno volvió a publicar el acto del presidente sin la firma del ahora ex ministro de Justicia. Moro dio un portazo y se marchó, desatando una nueva crisis.
Como juez regional, Moro encabezó la investigación de corrupción llamada Car Wash, que descubrió una extensa red de sobornos que involucraba a líderes empresariales y políticos y llevó a muchos de ellos a la cárcel, y arrastró también a Lula.
En ese momento, Da Silva lideraba las encuestas para ganar un tercer mandato presidencial, pero ante las acciones dela justicia no pudo presentarse.
La elección fue ganada posteriormente por Bolsonaro, un legislador de extrema derecha que se presentó como el candidato ideal para "terminar con la corrupción política y la violencia criminal generalizada". Moro aceptó la oferta de Bolsonaro y ocupó el ministerio de Justicia, lo que generó críticas de que las investigaciones de Car Wash tenían motivaciones políticas. (ANSA).
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