Estados como Jalisco, Michoacán, Chihuahua y Quintana Roo han apostado por medidas obligatorias ante las sugerencias de la Administración
Hace algunos días, un par de helicópteros sobrevoló Cancún. Los aparatos eran de la policía del Estado e iban acompañados, a nivel de tierra, por patrullas y policías armados con armas largas. La escena era común en un país militarizado que se ha acostumbrado al cotidiano trajinar de convoyes de diferentes fuerzas armadas. En este caso, no había narcotraficantes o delincuentes que perseguir. El enemigo es la misma amenaza invisible que tiene a la mitad del mundo metida en casa. Y esa era precisamente la preocupación de los uniformados que patrullaban la José López Portillo, una de las principales avenidas de la ciudad que da servicio a millones de turistas. En el frente del coronavirus, esta ciudad vive una dura batalla. La región concentra el 6% de los contagios de todo el país. Las autoridades del Estado de Quintana Roo han endurecido la mano para mantener a raya a la enfermedad. Los pacientes contagiados ya ocupan la mitad de las camas disponibles en el hospital más grande de la entidad.
Las escenas en Cancún
han dejado varias quejas. Los ciudadanos se preguntaban si tal
despliegue de uso de la fuerza era necesario para hacer frente a la
covid-19. El jefe de la policía en Quintana Roo, Alberto Capella,
fogueado en los destinos más terribles de la guerra contra el
narcotráfico, cree que sí. El operativo, llamado Máxima presencia,
impidió viajes peatonales y vehiculares en las principales vialidades de
la ciudad y clausuró más de 20 negocios no esenciales. Dos semanas
después del inicio de aquellos patrullajes, el Gobierno central
reconoció a Quintana Roo como el Estado que más había reducido la
movilidad en México durante la contingencia. Siete de cada 10 habitantes
se habían quedado en casa.
Muchos otros Estados se han
sumado al ejemplo de Quintana Roo. Cada vez más gobernadores apuestan
por endurecer las medidas de distanciamiento social y aplicar sanciones
para quienes no obedezcan las sugerencias de aislamiento dictadas por el
Gobierno de Andrés Manuel López Obrador desde el 20 de marzo.
Las autoridades de Jalisco, el cuarto Estado más poblado del país, han
decidido hacer obligatorias las medidas de mitigación de la epidemia
desde este lunes tras un mes en aislamiento, justo cuando veían que la
población comenzaba a relajarse. El uso del cubrebocas será obligatorio
para sus casi ocho millones de habitantes cuando salgan de casa, una
acción que debe quedar reducida a comprar comida o medicamentos. El
Gobierno local ha amagado con imponer multas y hasta el arresto por 36
horas de las personas que no acaten las medidas. Este lunes, sin
embargo, su gobernador intentó matizar. “No vamos a perseguir
ciudadanos, no queremos arrestar gente ni multarlos. Queremos que se
entienda que hay una responsabilidad que cumplir”, ha dicho Enrique
Alfaro en una entrevista telefónica.
alisco, enclavado en el occidente del país, también ha
endurecido la vigilancia de sus fronteras. Su Gobierno desea impedir la
entrada de contagiados, principalmente de la zona del Valle de México,
donde se encuentra la capital, del país, el principal foco de infección.
Para ello ha tejido un cinturón de seguridad junto a los gobiernos de
los Estados de Guanajuato, en el centro de México y regiones de la costa
del Pacífico como Nayarit, Colima y Michoacán.Este
último Estado, Michoacán, ha adoptado también el aislamiento
obligatorio. “Nadie que no tenga tareas esenciales podrá andar en la
calle”, dijo el domingo el gobernador Silvano Aureoles. “Y quienes lo
hagan serán aislados y recluidos y tendrán que hacer trabajo de carácter
comunitario: limpieza de hospitales y centros de salud”, agregó
mientras criticaba la irresponsabilidad de algunos habitantes de la
región. “No hay manera. Ahora vengo de Ciudad Altamirano, el mercado
sobre ruedas, y todo el mundo como si nada. Al rato que se empiecen a
morir, ¿a quién le van a echar la culpa? Al Gobierno por no poner las
reglas claras”, afirmó. Aureoles ha pedido al presidente López Obrador
que lo reciba para hablar de la contingencia: “Escúchenos, no le están
dando la información correcta sus voceros de salud y eso es muy peligroso porque estamos poniendo en riesgo miles de vidas”.
De
norte a sur, mensajes como este comienzan a ser pronunciados por los
mandatarios locales. Los norteños Chihuahua, Sonora y Coahuila han
aplicado decisiones similares. Y a finales de esta semana, Estados como
el sureño Yucatán, en la península que lleva su nombre, decretarán
reglas estrictas y sanciones concretas para quienes no obedezcan el
encierro. Las autoridades federales, que extendieron las laxas medidas de aislamiento hasta finales de mayo, han admitido que el pico de la epidemia llegará entre los días 8 y 10 de este mes.
En las próximas dos semanas, al menos hasta el pico de la epidemia, el principal contraste será el endurecimiento de medidas. El Gobierno de Morena ha evitado decretar una orden nacional para que el aislamiento se observe estrictamente. “Hemos tenido buenos resultados hasta ahora porque la gente ha aplicado las medidas, nos ha ayudado y se ha comportado de manera ejemplar sin prohibiciones, sin uso de la fuerza, sin toque de queda”, dijo López Obrador el jueves.
El
choque entre el presidente y los gobernadores puede ir a más en los
días por venir. La mañana de este lunes, el mandatario dijo que
estudiará caso a caso las peticiones de los Estados por recibir dinero
extraordinario para la crisis. López Obrador ha afirmado que muchas
regiones han dejado de ingresar recursos porque la recaudación local ha
ido a pique. Y como sugerencia, pidió a los ejecutivos locales copiar el
plan de austeridad que ha abanderado en el Gobierno federal. “Reducir
gastos sin despedir trabajadores, pero a pagar la luz, a no pagar tanto
en teléfono, tanto en gasolinas, tanto en viajes, viáticos, etcétera.
Así se liberan fondos”, recomendó a pesar de que la austeridad ha sido
desaconsejada por diversos especialistas para hacer frente a una crisis
económica que cada vez llama con más fuerza a las puertas de México.
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