Solo en el aeropuerto de Nueva Delhi como Tom Hanks

La soledad del aeropuerto de Nueva Delhi (foto: ANSA)

(ANSA) - NUEVA DELHI, 11 MAY -

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 Lleva 54 días viviendo enclaustrado en el área de tránsito del aeropuerto internacional Indira Gandhi de Nueva Delhi, una historia, que recuerda la que contó Steven Spielberg en la película "The Terminal", pero en lugar de Tom Hanks la padece en realidad Edgard Ziebat, un ciudadano alemán de 40 años.

    El periódico Hindustan Times reconstruye la historia de Ziebat, quien, durante un viaje de Hanoi a Estambul, hizo una escala en Delhi el 18 de marzo y ese mismo día, India canceló todos los vuelos hacia y desde Turquía, para luego bloquear todas las otras conexiones internacionales el 24 de marzo.

    Según la historia de los agentes de la Oficina de Inmigración de la India, Ziebat, sin una visa india, no estaba solo al principio. En su misma situación, muchos otros extranjeros se habían encontrado, aterrizados como él en Delhi en tránsito, sin una visa para ingresar a la India. Para todos, gracias a la intervención de las embajadas respectivas, India ha otorgado visas de entrada temporal.

    Pero para Ziebat no fue posible: de hecho, una acusación internacional recae sobre él, por lo que Alemania se negó a tomar su custodia y la India no otorgó una visa de entrada.

    Y así, a la espera de la recuperación de los vuelos internacionales, Ziebat ha estado viviendo durante 54 días, solo con su valija, en una zona desierta de la Terminal 3 del Aeropuerto Internacional Indira Gandhi, en el que, como en todo el país, con la excepción de cargueros que despegan cargas de bienes esenciales y algunos vuelos especiales de repatriación organizados en las últimas semanas, todas las actividades están detenidas.

    Los funcionarios de inmigración, que le proporcionaron las necesidades básicas y una tarjeta telefónica, informan que lo visitan periódicamente para verificar su salud. Pero Ziebat logró hacer algunos amigos: las personas a cargo de la seguridad y la limpieza del área se detienen todos los días para conversar con él, compadecidos e intrigados por su historia, digna de una nueva película. Y sus selfies con el "Prisionero de la terminal" están dando vueltas por las redes sociales.