Germán D’ Jesús Cerrada
Carlos Páez, genio y figura, llegó de Caracas que lo vio nacer hace más de medio siglo y se quedó en estas tierras para alegrarnos la vida con sus caricaturas, y hacer pasar más de un susto a políticos y funcionarios públicos. Su primera caricatura la publicó en el año 1967 con el seudónimo Churri en el desaparecido Gallo Pelón. Carlos Páez además de periodista es músico, arreglista y compositor; integró el Dueto Criollísimo; compuso la cancion, música y letra, “El Caraqueño”; y ha compuesto infinidad de canciones, entres ellas “Chiguarera”. Miguelito Rivas le grabó unas diez canciones de su autoría.
Hizo caricaturas para el diario La Nación cuando el diario tachirense apenas tenía un año de vida, y al mes ya era nómina del periódico. Fue parte esencial del Diario Frontera desde el primer día hasta su última edición, cuando bajo la Santamaria. Notijet es uno de los momento más gratos de su profesión, era el primero que llegaba al aeropuerto Alberto Carnevali para darle todas las mañanas la bienvenida y despedida a los viajeros, pero también acudían al aeropuerto personas con diferentes tipos de problemas de sus comunidades o algún evento de un grupo profesional, político, deportivo, religioso o de cualquier índole que se estaría celebrando en Mérida. Las fotos a las mujeres hermosas no faltaron en su leída página. Dice Carlos Páez “Me hice fotos con múltiples personeros de todos los extractos sociales, entre ellas del inolvidable Simón Diaz”. Al célebre Zapata del diario El Nacional le hizo una página y éste le correspondió con una caricatura que guarda con mucho orgullo.
Otra experiencia como periodista fue en TAM, la Televisora Andina de Mérida, donde hizo entrevistas y reportajes. Cuenta que lo despidieron de TAM por culpa de una novia.
Carlos Páez vive en Ejido, donde de vez en cuando agarra el cuatro y deleita a sus amigos con sus canciones. El próximo de julio arriba a sus ochenta dos años, tiene bisnietos, y como hobby sigue haciendo caricaturas cuando el tiempo lo permite, ya que le gusta la noche y la madrugada para inspirarse, pero en su sector casi nunca hay servicio eléctrico. Finalmente dice ¡moriré pelando bolas!
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