MÉRIDA DE AYER
El Estadio Mérida se terminó de construir en 1935, proyectado por el arquitecto Luis Bosetti con la colaboración de Marcos León Mariño. Entre Bosetti y Mariño diseñaron el frontis del estadio durante el mandato de José Eleazar López Contreras, pero su construcción se había iniciado durante el gobierno de Juan Vicente Gómez, por eso el estadio llevaría el nombre de Estadio Gómez.
Según crónica del Dr. Jesús Rondón Nucete, el primer conocimiento del fútbol lo tuvieron los merideños cuando en los años postreros del siglo XIX, un grupo de marinos ingleses cuyo barco había atracado en Maracaibo, atravesaron el Lago en una lancha, navegaron un trecho por el río Chama y luego por camino de recuas llegaron hasta la “Sultana del Mocotíes”, donde realizaron una exhibición del deporte moderno llamado fútbol soccer, cuyo reglamento inicial orgullosamente ellos habían creado a mediados de ese siglo. Los vecinos se entusiasmaron con el pasatiempo y crearon equipos para competir entre ellos. Posteriormente el juego se comenzó a practicar en Ejido, no se sabe si por influencia de los tovareños o de los capitalinos de Mérida.
Lo que sí es absolutamente cierto es que los jesuitas vascos del Colegio San José en 1927 sembraron el fútbol en el corazón de los merideños. El Fútbol local, en poco tiempo adquirió características que lo distinguieron y lo hacían atractivo para los espectadores. Era un fútbol elegante, vistoso, virtuoso y de pases rasantes.
Surgieron jugadores nativos habilidosos y técnicos, las enseñanzas jesuitas cayeron en suelo fértil y abonado. Las selecciones de Mérida eran integradas en su mayor parte por jugadores de la región, característica similar a la de los equipos vascos. En las décadas siguientes a 1927, ese fútbol enraizado en la ciudad de las nieves eternas y las cinco águilas blancas, no solamente se extendió a otras instituciones como el Liceo Libertador y la Universidad de Los Andes, sino que además penetró al interior de todos los barrios de la ciudad, donde la muchachada en sus ratos de ocio recreaba caimaneras callejeras.
Entre los años 1948 y 1958 se jugaron en el Estadio Mérida los campeonatos de primera categoría entre el Colegio San José, el Liceo Libertador y la Universidad de Los Andes, campeonatos que marcaron la época dorada del fútbol merideño. Los juegos se celebraban religiosamente los domingos a las once de la mañana, donde acudian aficionados de todos los estratos sociales de la ciudad y sus alrededores
Se dice que el fútbol que se jugó en esta década ha sido el mejor fútbol de toda la historia en la ciudad serrana. Cuando se jugaban estos partidos, la tribuna y graderíos del Estadio Mérida se llenaban para ver a su equipo preferido, y la rivalidad deportiva entre estos tres equipos llegaba al corazón de la fanaticada. Los equipos llegaron hasta traer importados, para el Liceo Libertador Miguel Sanabria “El Pez Volador”, un portero con muchas habilidades que atravesaba por el aire la portería de extremo a extremo. En el año 1952 llegó a Mérida Auriberto De La Hoz de Colombia a reforzar el cuadro del San José, que con su gambeta estremecía las tribunas. Más tarde formó parte del equipo de la ULA, Luis Alberto Jiménez Ron, conocido como “El Jabato”, apodo por su coraje y velocidad en las canchas de fútbol, donde defendió los colores deportivos del San José y del ULA. Fueron muchos los jugadores que pasaron por la cancha de este estadio lleno de historia, entre ellos: Guillermo Soto Rosa, Ítalo de Filippis, Alejandro Páez Pumar, Carlos Bello, Orlando Ramírez, Oscar Rivas, Alfredo Fébres Cordero, Carlos Eduardo Gómez, Luis Vargas, Chipilin Segovia, Franz Fiver, Elio Scanu, Luis Ghersi, Remy Rada, Estradita, el catire López Contreras, Humberto Scovino y muchos otros.
Surgieron jugadores nativos habilidosos y técnicos, las enseñanzas jesuitas cayeron en suelo fértil y abonado. Las selecciones de Mérida eran integradas en su mayor parte por jugadores de la región, característica similar a la de los equipos vascos. En las décadas siguientes a 1927, ese fútbol enraizado en la ciudad de las nieves eternas y las cinco águilas blancas, no solamente se extendió a otras instituciones como el Liceo Libertador y la Universidad de Los Andes, sino que además penetró al interior de todos los barrios de la ciudad, donde la muchachada en sus ratos de ocio recreaba caimaneras callejeras.
Entre los años 1948 y 1958 se jugaron en el Estadio Mérida los campeonatos de primera categoría entre el Colegio San José, el Liceo Libertador y la Universidad de Los Andes, campeonatos que marcaron la época dorada del fútbol merideño. Los juegos se celebraban religiosamente los domingos a las once de la mañana, donde acudian aficionados de todos los estratos sociales de la ciudad y sus alrededores
Se dice que el fútbol que se jugó en esta década ha sido el mejor fútbol de toda la historia en la ciudad serrana. Cuando se jugaban estos partidos, la tribuna y graderíos del Estadio Mérida se llenaban para ver a su equipo preferido, y la rivalidad deportiva entre estos tres equipos llegaba al corazón de la fanaticada. Los equipos llegaron hasta traer importados, para el Liceo Libertador Miguel Sanabria “El Pez Volador”, un portero con muchas habilidades que atravesaba por el aire la portería de extremo a extremo. En el año 1952 llegó a Mérida Auriberto De La Hoz de Colombia a reforzar el cuadro del San José, que con su gambeta estremecía las tribunas. Más tarde formó parte del equipo de la ULA, Luis Alberto Jiménez Ron, conocido como “El Jabato”, apodo por su coraje y velocidad en las canchas de fútbol, donde defendió los colores deportivos del San José y del ULA. Fueron muchos los jugadores que pasaron por la cancha de este estadio lleno de historia, entre ellos: Guillermo Soto Rosa, Ítalo de Filippis, Alejandro Páez Pumar, Carlos Bello, Orlando Ramírez, Oscar Rivas, Alfredo Fébres Cordero, Carlos Eduardo Gómez, Luis Vargas, Chipilin Segovia, Franz Fiver, Elio Scanu, Luis Ghersi, Remy Rada, Estradita, el catire López Contreras, Humberto Scovino y muchos otros.
La rivalidad de los equipos terminaba en tanganas de las barras, en una oportunidad después de un partido, los seguidores del Colegio San José y de la Universidad se enfrentaron en las afueras del Estadio Mérida. La barra de la Universidad ofendió a los sacerdotes del Colegio, el Padre Machimbarrena, Prefecto del Colegio, se enfrentó a la barra y les dijo: "Debajo de esta sotana tengo unos pantalones" y se fajaron los muchachos y se armó el gran pleito entre los fanáticos de ambos equipos. El Hermano Calvo recogió los sacos y las chaquetas para que pelearan con más comodidad. Al final intervino la Policía y se llevó unos cuantos presos entre ellos a un muchacho Urbaneja hijo del Dr. Luis Felipe Urbaneja, Ministro de Justicia de Pérez Jiménez. El Padre Machimbarrena por solidaridad con sus alumnos los acompañó en los patios de la Policía como un preso más. Un compañero de Urbaneja llamó por teléfono al ministro a Caracas y le comunicó que el hijo estaba preso por la pelea en las afueras del Estadio y el ministro llamó al Dr. Vicente Tálamo, Gobernador del Estado, quien estaba ajeno al problema sucedido. Inmediatamente dio la orden de poner en libertad a todos los muchachos del San José. Los que siguieron presos fueron los estudiantes de la Universidad quienes no tuvieron padrinos que intercedieran por ellos.
Fuentes: Jesús Rondón Nucete, Rolando "Coquí" Corredor y Adelmo Peña Vega, Venezuela Fútbol y pagina web de la ULA.
En México época 1959-1961 aún se jugaba un fútbol de muy alto nivel y el estadio Mérida se llenaba todos los domingos. Aun con , solo 3 equipos: San José, ULA,Liceo Libertador
ResponderEliminarEn México, no. Escribí: en mi época 1959-1961. Yo era jugador del San José. Con la desaparición del colegio, quedó un vacío muy grande , lo q hizo pensar a varios exjugadores del San José en fundar un nuevo equipo para jugar en el fútbol profesional de Venezuela y así fundaron el Estudiantes de Mérida, con los mismos colores del glorioso San José
ResponderEliminarExcelente crónica.. especial las referencias bibliográficas...AEPV
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