MÉRIDA DE AYER
Por Álvaro Sandia Briceño
Y Germán D'Jesús Cerrada
Cuando la Compañía de Jesús decidió fundar el Colegio San José en Mérida en 1927, designó al Padre Luis Zumalabe como su primer Rector y a éste le sucedieron en estas responsabilidades los Padres Julián Barrena, Dionisio Goicochea y Cirilo Rezola. El Colegio San José sería un digno heredero del Colegio San Francisco Javier que funcionó en esta ciudad desde el año 1628 hasta 1767 en que Carlos III expulsó de su imperio a los jesuitas.
La Compañía de Jesús, en sus sacerdotes y en sus colegios, se ha guiado por la Ratio Studiorum que es el libro que orienta los estudios en sus centros de enseñanza. Fue elaborado por seis Padres designados por la superioridad, examinado en las provincias, y aprobado por la Quinta Congregación General de 1599, pero modificaciones hechas en la Congregación General Séptima hicieron necesaria una nueva edición de la misma, publicada por Bernardo de Angelis, Secretario de la Compañía de Jesús, el 2 de febrero de 1616.
La Ratio Studiorum conserva la esencia de las reglas en cuanto a la organización interna de la Institución educativa y las normas para el funcionamiento de los colegios y en consecuencia fue aplicada al Colegio San José de Mérida.
Una vez instalados los primeros jesuitas en Mérida se planteó la necesidad de construir una edificación consona con las actividades a desarrollar. El Rector, el Padre Zumalabe, adquirió un lote de terreno, una cuadra completa que daba a las cuatro calles, con un costo de Bs 16.000, propiedad de la señora Filomena Rojas de Salas. Entre 1931 y 1940, se adquirieron tres nuevos terrenos que fueron destinados el primero para el Salón de Actos y piscinas, el segundo que ocupó y sigue ocupando el Stadium Lourdes, destinado exclusivamente para deportes, y un tercero para complementar el campo de deportes.
En 1937 se iniciaron las obras de construcción y siete años después se inauguraron. La última adquisición en la ciudad fue en noviembre de 1951cuando se firmó y registró la compra de una casa frente al Colegio en la Calle 25. Antes se habían comprado un terreno al General Golfredo Masini y una casa contigua, con lo cual se eliminaban edificaciones entre el Colegio, el campo de juego y las piscinas. El precio de de esta última casa fue de Bs 40.000. Según refiere Carmen H. Carrasquel Jerez en su libro "El Colegio San José. Los jesuitas en Mérida (1927-1962)" la Compañía de Jesús consolidó entre los años 1935 a 1951, todo lo que llegó a ser el patrimonio del Colegio San José en Mérida, porque además adquirió la finca situada en El Valle donde se construyó la Casa de Retiros de San Javier del Valle y luego las instalaciones del Colegio y Talleres de Fe y Alegría y la finca El Rosario en La Pedregosa, donde pastaban vacas que suministraban leche, queso y mantequilla para las necesidades del Colegio, unos gordos cochinos que luego se beneficiaban bajo la dirección del Hermano Lazcano, y hortalizas y legumbres y otros menestras para el mismo colegio.
La construcción del Colegio San José representó la primera estructura de concreto que se construyó en la ciudad de Mérida.
Estaba constituida por tres pisos, espacios inferiores y sótanos. Los alumnos mayores tenían habitaciones individuales y los medianos y los menores compartían sus dormitorios, siempre bajo la vigilancia de un Padre. La parte escolar frente al patio principal tenía aulas y laboratorios, luego venían los comedores y la cocina y depósito en el sótano con salida por el patio que da a la Avenida 6. De frente a la Calle 25 estaba la capilla, en el Altar Mayor la Vírgen del Colegio, que se abría para que la feligresía acudiera a las misas. Luego se construyó el frontón, con unas gradas de madera que servían para que los sábados en la noche se proyectaran películas para los internos, y dos patios de cemento para practicar basket, volibol, futbolito En la planta alta estaban los dormitorios de los padres, la capilla privada, los cuartos de los mayores, la biblioteca y la enfermería. Las aulas de quinto año de bachillerato con sus especialidades primero de Física y Matemáticas y de Ciencias Biológicas y luego de Ciencias y Humanidades, también estaban en la planta alta.
Grandes materos con begonias y helechos adornaban los pasillos.
Después de las clases de la tarde los internos y los externos que quisieran sumarse, tenían hora y media para practicar fútbol y béisbol en los campos de deportes. El paso de los muchachos (300 o más) del Colegio a los campos de deportes interrumpía el paso de vehículos por la Calle 25 durante algunos minutos y para solucionar este problema se construyó un túnel entre el Colegio y los campos debajo de la calle. Los cálculos estructurales de la obra fueron realizados por el Ingeniero Italo De Filippis, ex alumno del Colegio e integrante del equipo de fútbol de Primera Categoría del San José, fallecido muy joven en un aciago accidente cuando se iniciaban las obras del Teleférico de Mérida.
Composición fotográfica de Germán D'Jesús Cerrada.
La Compañía de Jesús, en sus sacerdotes y en sus colegios, se ha guiado por la Ratio Studiorum que es el libro que orienta los estudios en sus centros de enseñanza. Fue elaborado por seis Padres designados por la superioridad, examinado en las provincias, y aprobado por la Quinta Congregación General de 1599, pero modificaciones hechas en la Congregación General Séptima hicieron necesaria una nueva edición de la misma, publicada por Bernardo de Angelis, Secretario de la Compañía de Jesús, el 2 de febrero de 1616.
La Ratio Studiorum conserva la esencia de las reglas en cuanto a la organización interna de la Institución educativa y las normas para el funcionamiento de los colegios y en consecuencia fue aplicada al Colegio San José de Mérida.
Una vez instalados los primeros jesuitas en Mérida se planteó la necesidad de construir una edificación consona con las actividades a desarrollar. El Rector, el Padre Zumalabe, adquirió un lote de terreno, una cuadra completa que daba a las cuatro calles, con un costo de Bs 16.000, propiedad de la señora Filomena Rojas de Salas. Entre 1931 y 1940, se adquirieron tres nuevos terrenos que fueron destinados el primero para el Salón de Actos y piscinas, el segundo que ocupó y sigue ocupando el Stadium Lourdes, destinado exclusivamente para deportes, y un tercero para complementar el campo de deportes.
En 1937 se iniciaron las obras de construcción y siete años después se inauguraron. La última adquisición en la ciudad fue en noviembre de 1951cuando se firmó y registró la compra de una casa frente al Colegio en la Calle 25. Antes se habían comprado un terreno al General Golfredo Masini y una casa contigua, con lo cual se eliminaban edificaciones entre el Colegio, el campo de juego y las piscinas. El precio de de esta última casa fue de Bs 40.000. Según refiere Carmen H. Carrasquel Jerez en su libro "El Colegio San José. Los jesuitas en Mérida (1927-1962)" la Compañía de Jesús consolidó entre los años 1935 a 1951, todo lo que llegó a ser el patrimonio del Colegio San José en Mérida, porque además adquirió la finca situada en El Valle donde se construyó la Casa de Retiros de San Javier del Valle y luego las instalaciones del Colegio y Talleres de Fe y Alegría y la finca El Rosario en La Pedregosa, donde pastaban vacas que suministraban leche, queso y mantequilla para las necesidades del Colegio, unos gordos cochinos que luego se beneficiaban bajo la dirección del Hermano Lazcano, y hortalizas y legumbres y otros menestras para el mismo colegio.
La construcción del Colegio San José representó la primera estructura de concreto que se construyó en la ciudad de Mérida.
Estaba constituida por tres pisos, espacios inferiores y sótanos. Los alumnos mayores tenían habitaciones individuales y los medianos y los menores compartían sus dormitorios, siempre bajo la vigilancia de un Padre. La parte escolar frente al patio principal tenía aulas y laboratorios, luego venían los comedores y la cocina y depósito en el sótano con salida por el patio que da a la Avenida 6. De frente a la Calle 25 estaba la capilla, en el Altar Mayor la Vírgen del Colegio, que se abría para que la feligresía acudiera a las misas. Luego se construyó el frontón, con unas gradas de madera que servían para que los sábados en la noche se proyectaran películas para los internos, y dos patios de cemento para practicar basket, volibol, futbolito En la planta alta estaban los dormitorios de los padres, la capilla privada, los cuartos de los mayores, la biblioteca y la enfermería. Las aulas de quinto año de bachillerato con sus especialidades primero de Física y Matemáticas y de Ciencias Biológicas y luego de Ciencias y Humanidades, también estaban en la planta alta.
Grandes materos con begonias y helechos adornaban los pasillos.
Después de las clases de la tarde los internos y los externos que quisieran sumarse, tenían hora y media para practicar fútbol y béisbol en los campos de deportes. El paso de los muchachos (300 o más) del Colegio a los campos de deportes interrumpía el paso de vehículos por la Calle 25 durante algunos minutos y para solucionar este problema se construyó un túnel entre el Colegio y los campos debajo de la calle. Los cálculos estructurales de la obra fueron realizados por el Ingeniero Italo De Filippis, ex alumno del Colegio e integrante del equipo de fútbol de Primera Categoría del San José, fallecido muy joven en un aciago accidente cuando se iniciaban las obras del Teleférico de Mérida.
Composición fotográfica de Germán D'Jesús Cerrada.
Recuerdo perfectamente este Colegio, cuando el Rector era el Padre Bilbao. Y el encargado de los campos deportivos. Secundino.
ResponderEliminarMe puedes decir la ubicación de dicho colegio, por favor.
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