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miércoles, 12 de julio de 2023

El Juli cuaja la mejor faena de la feria

Crónica de la octava de la Feria de San Fermín de Pamplona



Por Javier Jiménez

Mundotoro

Tuvo que esperarse hasta la sexta corrida de San Fermín, para que saliera el premio gordo: una gran corrida de Jandilla y, hasta el momento, la faena de la feria. Un toreo rotundo, macizo y poderoso de El Juli, para colocarse en el pódium de San Fermín. Un triunfo a la altura y categoría de cualquier plaza de El Juli tras una tarde importante, al que se le unió el de la raza de Cayetano escoltado por el fervor popular levantado en los tendidos del sol con varios alardes. Mismo resultado, distinto fondo. No fue Pamplona plaza para la exquisitez cuando se habla de pasión. Entre esos parámetros, Borja Domecq lidió tres toros de nota en una gran corrida en la que Antonio Ferrera tuvo que hacer frente con el toro más deslucido. 

El ligero nacimiento hacia atrás -nota típica de los astados de línea más longeva de esta rama ganadera- del quinto, a pesar de su amplitud de sienes, marcaba sus posibilidades de triunfo nada más aparecer al ruedo, que fueron confirmadas posteriormente en el templado saludo a pies juntos de Julián López ‘El Juli’. Comenzó el madrileño por alto y, en los terrenos del tercio, plasmó las primeras series sobre la mano diestra. Tuvo el toro de Jandilla una embestida importante por su humillación y clase, queriendo coger los engaños siempre con el pitón de adentro. Con fondo de bravura respondió con categoría al trato del madrileño, que cuajó hasta el momento la faena de la feria. Series con media muleta arrastrando desde el momento del embroque, preciso éste desde muy adelante, trayendo toreada la embestida un palmo antes de la jurisdicción del torero. En ese tramo donde reside el toreo de verdad y la exposición máxima. No bajó el toreo a izquierdas, con tres naturales de mucha categoría, recogiendo mucho la embestida en la línea curva. Una estocada le llevó a sus manos las dos peludas. Pero eran dos orejas de cualquier plaza. 

Tuvo la corridas dos toros medios -segundo y tercero- con diferentes matices. De tono menor fue el segundo, un toro cuya expresión denotó sus cuatros años con unas hechuras simples que no entraban por los ojos. Un pan sin sal, al que El Juli siempre dio distancia, para aprovechar la inercia. Tandas cortas fueron la base para un astado que le costaba mucho en los terrenos de cercanías a partir del tercer muletazo. Los espacios, tiempos y altura de la muleta, para llevarlo siempre sin exigirlo por abajo, fueron las claves de una faena de mucha capacidad técnica. La estocada al primer intento cayó trasera, pero no fue óbice para pasear una oreja. 

Con mismo resultado, aunque de menor entidad, fueron las tres que paseó Cayetano en una tarde en la que su raza y garra volvió a conectar con una de sus plazas: Pamplona. Fue el sexto otro de los toros destacados de la corrida por su nobleza y su clase, sobre todo, por el pitón derecho. Por esa mano basó Cayetano un trasteo voluntarioso vivido con una intensidad de menor a mayor por los tendidos de sol. Varios alardes de rodillas en el tramo final levantaron el fervor popular, salvándose de milagro de un susto mayor cuando el toro le dibujó la cornada en la espalda desde la altura del fajín a la escápula. La estocada rotunda al primer intento provocó la concesión de las dos orejas. Otra más pasearía del tercero -el toro medio en tono mayor-, que embistió mejor en la línea paralela y cuando existía mando. A su aire, las embestidas eran más rebrincadas. Volvió Cayetano a trazar una faena voluntariosa que tuvieron en varios alardes y en la estocada la base para cortar otro trofeo. 


Abrió plaza un toro de Jandilla de desbordante raza, que siempre fue a más y exigió un trato exquisito por abajo. Destacó Antonio Ferrera, sobre todo, por el pitón derecho, por donde los embroques ganaron en longitud y los muletazos en trazo. Por el lado izquierdo, el remate de las embestidas era más sobre las manos. Sólo un pinchazo en la suerte contraria, antes de una estocada en la suerte de los bravos -la natural- impidió al público solicitar la oreja al extremeño. El cuarto, el de más grandes hechuras por su altura, su largura y su hueso, nunca quiso coger la muleta por abajo. Dos series a media altura, buscando más la estética al acompañar la embestida, fue lo poco que pudo dejar Ferrera antes de que la reserva de la bravura tocara fondo. La tarde acabó con una doble Puerta Grande de El Juli y Cayetano. Mismo resultado, distinto fondo. 

Ficha del Festejo:

Hierro de Jandilla - España

Plaza de toros de Pamplona. Octava de la Feria de San Fermín. Lleno. Toros de Jandilla y Vegahermosa (3º), muy bien presentados, serios y de buenas hechuras. De buen juego en su conjunto. Destacó el completo quinto, la clase y nobleza del sexto, y la casta del primero. Noble el tercero, respondió mejor cuando se le exigía por abajo. El segundo, agradeció la inercia y el trato de El Juli. Deslucido el cuarto. 

• ANTONIO FERRERA, ovación y silencio.

• EL JULI, oreja y dos orejas. 

 CAYETANO, oreja y dos orejas

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