Crónica de la segunda de la Feria de Fallas 2024
Mundotoro
Román ha escrito una historia de verdad en la tarde de hoy en Valencia. Y no solo porque es el primer torero en lidiar seis toros en Fallas, sino por el guión de la tarde, escrito a compás de su verdad. De entrega. De sobreponerse a la dureza de una tarde y a dos fuertes volteretas, perdiendo el conocimiento en una de ellas. Román fue en su tierra más Román que nunca. Esa garra de la tierra que llega al público por su trasparencia. El valenciano salió en hombros tras cortar una oreja del segundo y otra del sexto, todo en una tarde de mucha expectación, reflejado en los tendidos con una buena entrada. Una tarde que se recordará con el paso del tiempo, porque hoy Román ha escrito su historia en Valencia.
Tuvo que reponerse Román de dos feas volteretas ante el quinto de la tarde antes de que saliera el último. Un toro hondo y bien presentado de Luis Algarra que cumplió en varas y llegó con buen aire a la muleta. Brindó Román el toro al público y dejó dos tandas iniciales por el pitón derecho de gran nivel en ligazón y trazo. Con la mano izquierda metió más al público en la faena, midiendo los tiempos para que toro se recuperase. Inteligente planteamiento del diestro valenciano. Remató la faena con unos ayudados por bajo y por alto. Lo mató de una estocada algo caída y tras el uso del descabello cortó su segunda oreja de la tarde.
La primera oreja se la había cortado al segundo de la tarde. Un buen toro de Fuente Ymbro, serio, bajo y bien presentado, al que Román recibió con dos largas cambiadas al hilo de las tablas. Basó la faena en las largas distancias, aprovechando que el toro tenía fondo y nobleza, pero sin obviar sus complicaciones. Román lo sometió sobre la mano derecha, ligando dos tandas finales de categoría y profundidad. Pese a las molestias del viento, fue una faena de menos a más rematada con unas bernadinas. Tras una estocada trasera pero efectiva paseó la primera oreja de la tarde.
Abrió la gesta un toro cuajado, algo atacado de cuerpo pero bien presentado de El Parralejo. El cinqueño mostró durante toda la lidia nobleza pero falta de raza. En la faena de muleta Román estuvo muy firme. Basó la faena en la mano derecha, pues por el pitón izquierdo se le vino por dentro en dos ocasiones. Pese a las molestias del viento, dejó tres tandas de derechazos de gran ritmo, ligazón y trazo largo. El toro sangró mucho tras el tercio de varas y se vino a menos. Fue una faena muy asentada y de gran calado por el pitón derecho. De haber acertado con la espada habría paseado una oreja, pero pinchó y acertó al segundo intento. Se quedó en una ovación.
Tras cortar la primera oreja de la tarde salió el tercero, un toro largo, serio y hondo de Pedraza de Yeltes que apenas dejó a Román lucirse con el capote. Se empleó con fijeza en el tercio de varas, especialmente en el segundo puyazo del que lo sacó Román a punta de capote. Brindó el toro al alcalde de Madrid y a la alcaldesa de Valencia. Durante la faena el toro mostró nobleza pero salía desentendido de los muletazos, que tuvieron que ser a media altura porque protestaba cuando el diestro le bajaba la mano. Lo intentó por ambos pitones pero se vino a menos, perdiendo el celo y fuelle por la falta de raza.
En cuarto lugar salió el toro de Victorino Martín. Un toro largo, fino y con buen cuello. Lo brindó a El Soro, quien interpretó con su trompeta la ‘Diana Floreada’ como posible preludio de algo grande. Pero la faena quedó en nada. El toro fue de esos victorinos peligrosos que reponen rápido sobre las manos con poder y hacia el cuerpo. El viento también quiso estar presente en la faena. Román lo intentó por ambos pitones antes de desistir e irse por la espada.
A porta gayola se fue a recibir al quinto de la tarde, del hierro de Domingo Hernández. Un toro castaño, grande, alto que anduvo suelto y desentendido durante los primeros tercios de la lidia. El tercio de banderillas se alargó debido a que Román quiso poner banderillas junto a Raúl Martín cuando el astado ya tenía dos pares puestos. El par del diestro quedó mal colocado y al alargarse tanto el tercio decidió cambiarlo. La lidia y el inicio de faena desde los medios no beneficiaron al toro, que huyó una y otra vez de la muleta. Porfió Román muy cerca del toro y muy cerrado en tablas, sufriendo una fea voltereta que le dejó mermado a la hora de volver a la cara del toro. Al entrar a matar volvió a ser cogido, saliendo ileso de milagro. Su derroche de valor le premió con una gran ovación por parte del público. Al entrar al callejón Román reconoció a su cuadrilla que no recordaba qué había ocurrido anteriormente de la voltereta inicial sufrida, lo que le llevó a pedir un tiempo de descanso antes de que saliera el sexto y último toro de la tarde.
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