Por Igor Puentes
¿Qué merideño, de la vieja ola, no recuerda su parada obligatoria -luego de una nojche de parranda en las antiguas discotecas de la ciudad- en la cervecería y pollos El Prado?
Pues no pudimos con la nostalgia cuando alguien recientemente la nombró por esta página y nos fuimos a tomarle fotos al hoy ruinoso local, donde se mantiene aún un viejo taller de autos, temiendo que no nos dejaran pasar de la reja.
Para mi sorpresa nos conseguimos con la amabilidad de quienes atienden el taller y hasta nos brindaron un recorrido por lo que queda del antiguo pollos El Prado, ubicado en la avenida 1 frente a la Cruz Verde de Milla.
Allí están sus amplios estacionamientos todavía con su señalización numérica, otrora repletos de carros, pero ávidos de parranda y no de arreglos, y lo que queda de lo que fueron sus salones donde se bailaba con rockola y conjuntos de música en vivo, y la discoteca que quedaba en una especie de semi- sótano.
Uno entra allí y le viene el aroma de los pollos asados y el ruido de música y bullicio de fiesteros.
Nos cuentan dueños de negocios vecinos que perteneció a los hermanos La Bastida, primero administrado por Adelso “El Tremendo” y luego Néstor La Bastida, que tenían negocios similares no solo en Mérida, sino también en Tovar y San Cristóbal.
Nadie supo precisar fechas, pero coinciden en que permaneció abierto seguramente entre los años 60, hasta bien entrados los 90. Un viejo recuerdo de la Mérida de antes.
Gratos recuerdos
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