Fernando Adrián se abona a la historia de Las Ventas

Cronica de la Corrida de la Beneficencia

Mundo Toro

Por Javier Jiménez

Se ha empeñado Fernando Adrián en abonarse a la historia de Las Ventas, consiguiendo esta Corrida de la Beneficencia su tercera Puerta Grande consecutiva en la corrida 40 de su carrera. Unos números para ser tenidos en cuenta. El madrileño volvió a sortear un importante toro de Garcigrande, dentro de una corrida secuestrada por su falta de fuerzas. No importaron todos los factores para Fernando Adrián, siempre claro durante toda la tarde, dando sentido a escenario y tiempos. Fue el nombre propio de un mano a mano en el que Sebastián Castella dejó lo más destacado con el primer toro.

Con varios faroles de rodillas, recibió Fernando Adrián a un toro que no gustó a los tendidos por su justo cuajo y que acrecentó las protestas por no estar tampoco sobrado de fuerzas. Eso sí, tuvo el fondo de ganadería buena y se vino arriba, gracias también al buen trato del madrileño en faena que siempre fue a más. Faltaba humillación por el lado diestro, pero lo mejor llegó al natural, dando un ligero tiempo entre muletazo y muletazo, cuidando los tiempos en faena que siempre buscó la ligazón. Terminó la faena entre los pitones, llegando con vibración a los tendidos y tras una gran estocada, paseó una oreja.

Con media Puerta Grande abierta, la baja de Morante de la Puebla provocó una bala más para el destino final. No lo permitió el cuarto, que tuvo que ser devuelto por su poca fuerza y a pesar de su buen embroque, todo quedó deslucido y sin opción de triunfo. No así el sexto, basto de hechuras, pero de gran juego por su bravura y movilidad, sin renunciar nunca a la exigencia. Comenzó Fernando Adrián de rodillas una faena que siempre conectó con el tendido de principio a fin. Sin bajar de tono, con la ligazón como mayor virtud. Muletazos templados, recogiendo la embestida siempre atrás, suelto de figura y de cintura. Importante fue el toreo al natural en una serie que le colocó en la senda de las dos orejas, como el excelente final por abajo rematado de un natural con las dos rodillas en tierra. A la hora de entrar a matar, perdió el toro una mano y la espada fue baja. No así, en el segundo intento, quedando en todo lo alto. La petición fue mayoritaria. La tercera Puerta Grande, una realidad. 

Embistió el primero de Garcigrande, con el hierro de Domingo Hernández, con una categoría excelsa cuando el público todavía estaba centrado en buscar su asiento. Toreó Sebastián Castella de manera muy templada con el capote, llegando el toreo con el capote a una mano después de un quite. Estaba el astado salmantino buscando siempre los trastos con el pitón de adentro, en cadencioso viaje, cuando el galo se lo sacó por ambos pitones hacia los medios. Era el inicio de una faena de templado trazo y buen son, hasta que el toro fue perdiendo su celo. Y con ello, el tono de una faena bien descrita que también sufrió el pecado de abrir plaza. Pocas opciones tuvo Castella con el resto de su lote. El de El Pilar fue muy deslucido, sin entrega; y el de Garcigrande no tuvo el poder y la fuerza necesaria para desarrollar su condición. Dos faena en los que tampoco hubo conexión con el público, en constante protestas por no ver asomar el pañuelo verde desde el palco. Mención aparte, para José Chacón durante toda la tarde. ¡Qué pedazo banderillero!

Ficha del Festejo:

Plaza de toros de Las Ventas, Madrid. Mano a mano. Corrida de la Beneficencia. 21.834 espectadores. Toros de Garcigrande y El Pilar (3º), desiguales de presentación y de juego. Destacó el bravo sexto, con movilidad; y la clase del primero. Al resto, les faltó mayor fuerza.  

• SEBASTIÁN CASTELLA, ovación tras aviso, silencio y silencio

• FERNANDO ADRIÁN, oreja, silencio y oreja

Incidencias: La Infanta Elena presidió la Corrida de la Beneficencia desde el Palco Real. Se desmonteró el banderillero José Chacón tras parear al tercero de la tarde.