Víctor Ramírez "Vitico"
El 7 de mayo de 1922, en la vieja plaza de la Carretera de Aragón en Madrid, confirmaba la alternativa Marcial Lalanda con toros de Veragua y José Bueno, teniendo como padrino a Juan Luis de la Rosa y completando el cartel el virtuoso valenciano Manolo Granero. En esa época no había testigo de la ceremonia, aunque Granero estuvo muy atento por si el toro se arrancaba a los espadas que intercambiaban los trastos.
La corrida debió dejar la efeméride de Lalanda y quizás algún triunfo de los alternantes. Pero el toro "Pocapena" se encargó de marcar para siempre la fecha en la historia del toreo. Manolo Granero, tiempo antes de la corrida, se había convertido en un torero importante; los aficionados lo veían como el sucesor de Joselito.
Tras su gran temporada de 1921, Manolo estaba en el camino a lo más alto. Pero algo le preocupaba. Una serie de pesadillas donde un toro cárdeno y muy grande le volteaba, pegándole una terrible cornada en la cara, le hacían despertar con un grito de horror. Lo comentaba consternado con sus amigos más cercanos y su tío Paco Juliá. Días antes, Granero se mostraba taciturno y sonreía forzado.
La noche anterior fue al teatro Maravillas a ver al equilibrista y payaso "Ramper". Tras reír un buen rato, descansó para el día siguiente, por la mañana visitó a su novia Maruja Mercader y regresó a casa de su amigo Gómez Domingo. No almorzó, aunque comió algo de arroz al horno. Estrenó un vestido azul noche y oro de nuevo diseño (curiosamente, Marcial también estrenó uno idéntico) y se fue al estudio del fotógrafo Kaulak. Allí dijo con rostro serio: "Son las últimas fotos que me hago de torero".
El gesto de tristeza de Granero en las fotos impresiona. "Pocapena" número 59, cárdeno, saltó en quinto lugar. Fuerte y cornalón, difícil y áspero. Al abrir faena, Manolo Granero con un estatuario, el toro le prendió por una pierna, le llevó debajo del estribo y le dio la cornada mortal en el ojo derecho.
En pocos minutos dejaba este mundo en la enfermería. Su muerte se convirtió en leyenda y es considerada la más terrible del toreo. Sus pesadillas las hizo realidad este toro cárdeno y ambos pasaron a ser leyenda. La grandeza de la tauromaquia radica en su historia y por ello hoy recordamos a un gran torero que pagó el tributo más alto. Su recuerdo sigue vivo entre los aficionados, ya que Manolo Granero es un torero de leyenda.
Fotos: Toro "Pocapena" en los corrales.
Capote de paseo que utilizó ese día.
Manolo Granero en el estudio del fotógrafo Kaulak.
Fuente de las fotos: Revista 6Toros6 y libro "Manolo Granero una muerte marcada"
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