Tentadero descubre bravas vacas e ilusiones bien cimentadas
Texto y fotos: Jesús Ramírez "El Tato".
Hemos visitado la casa ganadera en El Cuquí en Rubio, la finca "San Vicente", asiento de las vacas de las ganaderías "Rancho Grande", "El Prado" y "La Consolación", donde recorrimos cercados y espesa vegetación, en el silencio misterioso del campo bravo, donde se oculta la bravura que se ve en plaza de tientas.
No fué fácil llegar por la serpentineada carretera, donde las lluvias han dejado profunda huella ignorada por las autoridades municipales.
Hugo Alberto Molina fue gentil anfitrión con su sobrino Hugo José, en la lidia de siete vacas, algunas de retienta sin memoria, que rompieron el típico silencio de los tentaderos, ante la presencia de los invitados y familiares del matador Antonio Suárez, quien se deleitó con las vacas molineras y expuso su arte siempre fiel a su concepto torero en gesto y forma, donde también destacó el novillero colombiano Luis Miguel Ramírez exhibiendo sitio y preparación, dominio e inteligencia de torero cuajado de buenos andares y combatiente actitud.
Miguel Suárez fué grata sorpresa con la muleta en cadenciosos e inspirados pases que hicieron recordar sus tiempos de ambiciosa firmeza
Santi Guerrero en un buen momento
Fue propicia la taurina tarde para valorar progresos de Hugo José Valero con la vaca más grande con la cual demostró firmeza y actitud igual que el novillero Santi Guerrero cuando tuvo oportunidad con capote y muleta.
Una tarde torerisima, con el cielo que era una alegoría de tarde de toros con ese toldo cárdeno de nubes oscuras que amenazaban agua y que se taparon para que pudiéramos ver en Cuquí, toreo del bueno y vacas que facilitaron con bravura la preparación que requiere ese fino torero que es Antonio Suárez para su compromiso de Tovar del sábado 6 de septiembre.
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