Urge salvar "La Rosa de Los Vientos", el techo del Coliseo de Tovar

Lo que queda de La Rosa de Los Vientos 

Germán D' Jesús Cerrada 

​El pasado 5 de septiembre, durante la primera corrida de toros de la Feria de Tovar, los asistentes del Coliseo El Llano se enfrentaron a una irónica y lamentable paradoja: la lluvia caía con más fuerza dentro que fuera del recinto.

Video cortesía del portal Tovar al Día

Video capturó el momento exacto en que el agua se proyectaba en chorros constantes desde el techo, obligando a las personas a usar paraguas o a buscar refugio bajo las gradas, a pesar de estar en un espacio techado. 

El techo, popularmente conocido como "La Rosa de Los Vientos", ha sucumbido al paso del tiempo y la falta de mantenimiento, convirtiendo al coliseo en el único de su tipo que, a pesar de tener una cubierta, es incapaz de proteger a sus visitantes.

El techo del Coliseo de Tovar ya cumplió 30 años.

​Desde lo alto, un ícono de la ciudad de Tovar se desvanece en silencio. Lo que alguna vez fue un diseño vibrante de la arquitecta Maritza Lander, hoy agoniza bajo el sol y la lluvia. El techo, que forma parte del majestuoso Coliseo El Llano diseñado por el arquitecto Claudio Corredor, es ahora un colador. 

El techo con troneras por todos lados.

La lluvia se filtra sin piedad por sus grandes agujeros, inundando el recinto que ha sido el corazón de la vida cultural y deportiva de la comunidad. Estas "troneras" son más que un problema estructural; son heridas abiertas en el alma de la ciudad, un símbolo del abandono de un espacio que ha albergado innumerables momentos de alegría y celebración.

Los aficionados con ponchos se cubrieron del agua.

​El Coliseo El Llano es mucho más que una plaza de toros. Es un lugar de recuerdos, un símbolo de la identidad tovareña.

Las caras de asombro y frustración de los asistentes en el video demuestran que, a pesar del deterioro, este es un espacio que la comunidad sigue valorando y deseando utilizar. Esta prueba visual es un llamado de auxilio urgente que las autoridades no pueden ignorar.

Tienen en sus manos la oportunidad de honrar el legado de la arquitecta Lander y evitar la pérdida de esta joya arquitectónica.

Salvar el techo del coliseo es un acto de respeto por el pasado y una inversión crucial para el futuro de Tovar. La Rosa de Los Vientos espera una mano amiga para recuperar su antiguo esplendor.