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sábado, 13 de diciembre de 2025

La Confesión Uruguaya: El Cardenal Porras y la verdad sobre su amigo Álvaro

Cuentos y Verdades de Álvaro Sandia Briceño

Por Germán D' Jesús Cerrada

​La vida de un Cardenal se rige por la solemnidad y el protocolo, pero hasta en los más altos cargos de la Iglesia hay espacio para la confidencia y el buen humor.

Álvaro Sandia Briceño nos regala un "cuento y verdad" que rompe la formalidad, ambientado en un viñedo uruguayo, y que revela la franqueza con la que el Cardenal Baltazar Porras se refiere a sus amistades.

​El relato nos lleva a Montevideo, donde el Cardenal Porras, invitado por el Arzobispo local, se encontraba de visita. La agenda incluía un paseo por los famosos viñedos de la región y una obligada degustación de vinos Tannat, el tinto robusto y emblemático de Uruguay.

​Inmerso en el placer del momento, saboreando la profundidad del vino y contemplando los sembradíos, el Cardenal Porras se dirigió a su anfitrión con una frase espontánea y reveladora:
​"Cómo disfrutaría aquí mi amigo Álvaro".

​El Arzobispo de Montevideo, ante tal comentario en medio de un acto tan canónico, asumió lo obvio e inquirió: "¿Ese es un obispo de Venezuela?".

​La respuesta del Cardenal Porras es el clímax de esta anécdota, un ejemplo de su famosa y bienvenida sinceridad:
​"Lo que menos tiene mi amigo Álvaro es de obispo o de sacerdote, pero conoce y disfruta mucho con un buen vino."

​Nos queda imaginar la expresión del Arzobispo uruguayo, cuya expectativa piadosa se estrelló de golpe contra la amistad laica y el hedonismo del buen bebedor. 

Esta joya narrativa de Álvaro Sandia Briceño no solo celebra la calidad de un buen Tannat, sino la sencillez y la autenticidad con la que una figura de la talla del Cardenal Porras puede honrar a sus amigos, incluso si eso implica desmitificar sus hábitos ante un colega internacional.

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