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jueves, 19 de abril de 2012


Científico español sustenta en Bogotá estudio sobre el umbral del dolor en el toro de lidia. J. C Illera desmonta tesis del sufrimiento


Bogotá  Por Guillermo Rodríguez 
Caracol
Se quedó chico el "Chicó II" salón de un hotel del norte de Bogotá para acoger a ganaderos, toreros y aficionados que escucharon al científico español Juan Carlos Illera traído por ASOTAURO ( mil gracias Don Alfonso y familia taurina de Medellín ) quien formuló su tesis sobre el umbral del dolor en el toro de lidia, el stress del viaje y desmontó el mito ( por mentiroso) del sufrimiento " porque no nos contestará el toro si sufre o no ".

Una de las revelaciones más sorprendentes es que ya se está trabajando para determinar desde el herradero de ese ser misterioso que será a los 4 años toro, los niveles de casta lo que es un avance sin precedentes en el escogimiento de los ejemplares que se lidiarán.

Dijo que el toro no tiene memoria cognitiva pero sí olfativa y contó que por eso el stress es mínimo en los toros en Pamplona que en la mañana participan en la carrera por las calles de la vieja ciudad navarra. El toro percibe esos olores y los recuerda, manifestó el Dr Illera profesor en la Universidad Complutense de Madrid.

Muy prudente , indicó que tambien se trabaja sobre los niveles de stress del torero y declaró que no es verdad que sea más fuerte en el paseíllo. Cuando por él o por el toro no funciona el primer ejemplar que le tocó en el sorteo, esa espera de lo que será su segundo en turno lo stresa a niveles superiores, de acuerdo a las mediciones que se han hecho.

El profesor Illera, presentó los datos de su estudio sobre el estrés de los toreros con análisis de la hormona cortisol en la saliva de los toreros durante la lidia. En el estudio había contado con la ayuda de los matadores Jesuli de Torrecera y Alejandro Morilla, presentes en el acto y que comentaron sus experiencias, así como de Pepín Liria.Illera desveló sorprendentes datos sobre el estrés del matador durante la lidia muy superiores a los que ha obtenido en otras circunstancias de alto riesgo, como la de los corredores del Gran Premio de Portugal de Motorismo, ya que en Estoril hizo el mismo análisis a los motoristas y estos no mostraban valores tan altos como los toreros. Tampoco hubo alto estrés en el análisis de un rejoneador y, curiosamente, en los datos obtenidos del estrés sobre casi cuatro mil toros de lidia, estos coinciden en que saltan más estresados al ruedo, pero durante la lidia van bajando los niveles. Hubo posteriormente un animado coloquio moderado por el autor de esta información.

Los estudios sobre casi 5 mil toros demuestran que este animal genera " un contra fuerte " que reduce sustancialmente el dolor, que el toro acomete por agresividad, que en el ruedo va fijando muy rapidamente su terreno .

En la exposición en Bogotá, expresó que no siempre el toro intenta saltar al callejón por manso como suele decirse en términos taurinos.

Illera, veterinario y catedrático de fisiología en la Complutense, dijo que es mucho más stresante lo que pasa con el toro en Portugal que no muere en el ruedo. Generalmente las corridas son viernes y sábado. Debe esperaqrse hasta el lunes para recorrer 600 kilómetros y llevarlos al matadero lo que genera un stress de proporciones mayores a los de la lidia.

En su charla en Bogotá mostró los estudios que según él ponen en evidencia que el toro tiene un umbral de dolor inferior al de otros animales , incluido el hombre, por la cantidad de inhibidores que desprende su cuerpo cuando se está lidiando. Considera que las conclusiones del exhaustivo estudio demuestran que el toro de lidia es un animal con unas reacciones hormonales únicas y que resulta necesaria su protección.

El equipo de investigación que lidera el profesor Illera pensó que si los toros tenían un mecanismo hormonal especial para controlar el estrés quizás también lo tuvieran para liberarse del dolor. Descubrieron que durante la lidia el toro libera 10 veces más betaendorfinas - conocidas como hormonas del placer- que un ser humano y siete veces más que durante el transporte. «La betaendorfina -explica Illera- bloquea los receptores del dolor hasta que llega un momento en que el dolor y el placer se equiparan y el sufrimiento puede llegar a ser casi nulo. Lo que queremos decir es que el toro bravo tiene un mecanismo especial para llegar a controlar su dolor. Cierto que lo siente, pero no es lo mismo un organismo que puede controlarlo y contrarrestarlo, hasta casi no sentir sufrimiento, que otro que no puede poner en funcionamiento este mecanismo».

«El estudio da validez a quienes defendemos la fiesta , porque ahora podrán decir que tenemos una especie única en el mundo. Pero debemos tener en cuenta, o al menos yo lo tengo claro, que si desaparece la fiesta desaparecerán los toros del campo. Estarán en los zoológicos como una especie en extinción»., dijo el médico y ganadero Francisco Páez.

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