CRONICA
DE CASTOREÑO
Jesús A.
Araujo Contreras
CUANDO LA TINTA SE CONVIERTE
EN BILIS DE IRRESPETO
EN BILIS DE IRRESPETO
V Novillada Escuela Taurina
“Humberto
Álvarez” 3 de junio
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Pertenezco a la generación
de alumnos de la escuela taurina Cesar Faraco del año 68, fue la época de los
toros criollos, imponentes e incomodos que catalogaban la valía de los
aspirantes a novilleros, admiración muda por parte de los taurinos que les
pagaba con sinceros aplausos a su entrega.
Andadura inicial con Nerio
Ramirez, Enrique Torres, Leonardo Rivas, Ali Quintero, Oscar Corredor y Néstor
Rodríguez por esos pueblos de Dios, pasando vicisitudes sin necesidad pero s el
precio del querer ser.
Buena parte de Barinas y el
Táchira fueron marco de mis correrías, también, la monumental, la inolvidable
vista alegre de Tovar y la cascabelera El Carmelo de Ejido, allá, en la calle
Honduras.
Para adquirir mis capotes y
muletas, traje corto y de luces, trabajaba con mi padre, luego, cuando el ritmo
de actuaciones se acelero, recurríamos a rifas y vendimias que arrojaban cierto
peculio que solventaba ilusiones.
Ay que recuerdos, alquilar
un toro, costaba 1OO Bs. Y si se mataba 3OO, hoy día, un novillo de casta
oscila según el hierro, unos 5.OOO Bs. Otros
6. OOO y así sucesivamente.
VI Novillada Escuela Taurina
“Humberto Álvarez” 10 de junio
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Pero…para escribir de toros
hay que estar en paz con uno mismo, no se debe escribir con plumas con bilis, ella,
va impregnada de envidia, mala clase y rencor, cosa que lesiona lo mas puro de
la integridad de la fiesta, pero no arruga la inconmensurable afición de los
muchachos.
Existe el cronista, ellos
manejan la historia de la fiesta con estilo y elegancia, son duchos y unos
libros abiertos pata la polémica, pues para ello se exige dilatada trayectoria;
esta el columnista que tumba sus primeros pinos y se enorgullece de su teclear;
también esta el articulista que de vez en cuando, plasma letras
entretenidas; le sigue el
comentarista que vocea su pasión a través de la radio y culmina el critico, quien,
en el podio de este arte, tiene moral para hablar de los hombres pues fue
torero
Arremeter contra la escuela taurina
“Humberto Álvarez” de Mérida es darle alas a los enemigos de la fiesta,
convirtiéndose quien esto haga, en enemigo automático de tan bonita y sólida
ilusión hecha realidad, pues la tinta con la que los toreros escriben sus
gestas, es el sudor que les moja la bordada pechera.
Llevo 5O años en los toros,
viví la sublimidad del miedo y saboree la grandeza de un muletazo, un buen día,
cambie la muleta por las teclas y ya son 35 años de puntos, comas, admiraciones
taurinas sin plasmar un mal concepto, unos agradecen al entender, a otros les
queda la precesión por dentro.
Faraco, Antoñete, Campuzano,
Silveti, Capea, El Juli, Bernardo Valencia y hasta el Diamante Negro
agradecieron mis crónicas, muchas veces el amargo sabor del desagradecimiento
revoletea sobre los hombros y es valedero, pero tildar de buhoneros y
mercaderes taurinos a nuevas caras toreras por la inmitigable pasión de pegar un
muletazo, es lanzarse de cabeza a un pozo de estiércol para disfrutar tal
vileza.
A Fabián Ramírez hay que
sacarlo a hombros, apoyar a los directivos de la escuela, agradecerle a
Leonardo Salas su denodada pasión y claro esta, hacer presencia en las
novilladas y en las próximas vendimias para degustar las exquisiteces que allí
se venden; entonces, ya saben, el próximo domingo nos vemos en la monumental
para apoyar a la mas bonita de las fiestas…la supremacía del hombre ante la bestia…Vuelta
al ruedo y ovaciones.
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