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viernes, 24 de agosto de 2012

Hay buenas noticias en los toros


Hay buenas noticias en los toros

Fabio Grisolía, Erick Cortés y Hugo Alberto Molina. 
(Foto: Germán D' Jesús Cerrada)
EL VITO
La semana pasada salió el humo blanco de la fumarola de la Alcaldía de Valencia, la Monumental tendrá quien la administre.

Se trata del matador de toros Erick Cortés, una carta que se han sacado debajo de la manga. No porque Cortés no tenga condiciones y capacidad para ser el empresario de la plaza de toros más importante de Venezuela, sino porque nadie lo esperaba.

La sorpresa se convirtió en alegría. Alegra saber que en Valencia se va a celebrar la temporada que desde 1967 viene celebrándose en la arena de El Palotal. Como agregado de esta situación, el domingo, hubo una pequeña cumbre taurina. Se reunieron Fabio Grisolía, Erick Cortés y Hugo Alberto Molina. Tres jóvenes, año más año menos, contemporáneos, cada uno, con una historia muy venezolana y ligada a momentos estelares de nuestra tauromaquia.

El mayor de los tres, Fabio Grisolía, es hijo del fundador de la ganadería de La Carbonera. Junto a su padre y a sus hermanos tiene la experiencia de haber sido Empresario de la Monumental de Mérida, durante los años de esplendor de la ciudad y de la plaza; y, además, Fabio es padre del rejoneador Leonardo Fabio, que recibió alternativa de lujo en México.

Hugo Alberto Molina es hijo de Hugo Domingo Molina, referencia obligada en Venezuela. Fundador del movimiento que construyó la Plaza de Toros Monumental, ha sido empresario de Táriba y su padre constituyó la organización más poderosa y exitosa que se haya organizado en el Táchira. Bajo su administración la Feria de San Sebastián, alcanzó los mejores y más brillantes momentos de su historia. Padre e hijo son ganaderos, propietarios de Rancho Grande y de El Prado. Atributos que sustentan la sentencia de la cual nos hicimos eco, cuando señalamos en un titular que “el toreo en Venezuela será lo que Hugo Domingo Molina quiera que sea”.

Y con ellos, Erick Cortés. Matador de toros que surge cuando existía la Asociación de Ganaderos de Bravo en Venezuela, aquella idea de un grupo que organizó dos temporadas de novilladas en Caracas y que generó los mejores toreros que haya tenido la baraja taurina en los últimos tiempos. Entre ellos dos alumnos de Lucio Requena, Coronado y Cortés, y un caraqueño indómito y anárquico que por su entrega y disposición al triunfo llegó a hacernos creer que se editaba la segunda edición de César o de Curro Girón. Leonardo Benítez, que pudo haber formado una pareja angular de la fiesta de los toros en Venezuela con Erick Cortés, pero como siempre ha sucedidos desde los años veinte del siglo pasado, cuando Sananes y Mendoza, se quedó en el camino como se quedaron El Diamante y Alí Gómez, Joselito Torres y César Girón, Faraco y Curro, Ponzo y Correa y todos aquellos que ilusionaron la competencia, ilusión que se quedó en los tendidos o en los taburetes de los botiquines.

Hoy estos tres personajes tienen en sus manos “la manija del toreo”, expresión futbolera que bien podría ser referencia de Carlos Maldonado. Kike Rosales o Ramón Toni, pero que metafóricamente resume lo que significa ser empresarios de San Cristóbal, Grisolía, Valencia, Erick y con el género bovino disposición de estas plazas monumentales para sus grandes temporadas.

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