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viernes, 24 de agosto de 2012

BILBAO Épico Fortes, lírico Ponce


BILBAO

Épico Fortes, lírico Ponce

Tarde de gran valor y responsabilidad del malagueño, que toreó herido. El de Chiva pasea la única oreja tras una faena de gran expresión y belleza



APLAUSOS
La maestría de Enrique Ponce fue clave para meter en el canasto al primer toro de la tarde, un astado de Juan Pedro Domecq noble pero con muy poca fuerza. El torero valenciano lo sostuvo en la muleta con un temple exquisito y sin obligar al animal. Poco a poco fue componiendo una faena limpia, de bella estética y porte elegante. Los muletazos tuvieron suavidad. Al final, con el toro entregado, le bajó la mano al toro y consiguió el toreo cadencioso y con ritmo. Acabó con sus poncinas y una estocada entera ligeramente caída. Cortó la única oreja de la tarde.
El cuarto de la tarde resultó deslucido, sin clase ni fondo alguno, que no permitió a Enrique Ponce redondear la tarde. El de Chiva estuvo decoroso y aseado en una labor entonada pero sin eco por la falta de transmisión del toro.
Y si Ponce puso la nota artística, la épica llevó la firma de un valiente: Jiménez Fortes. Justo cuando se cumplía un año de su alternativa en esta misma plaza, el malagueño dio toda una lección de capacidad y hombría sólo al alcance de muy pocos. Su primero le hirió en el muslo izquierdo a la altura del escroto mientras intentaba en terrenos de cercanías sacar faena al de Juan Pedro, que se apagó pronto en la muleta. El malagueño, con un valor seco y una enorme disposición, se puso entre los pitones del toro para justificarse. Actitud de torero ambicioso. Aguantó en el ruedo sin mirarse y sin ningún ademán de dolor, hasta matar al toro. Saludó una ovación y pasó posteriormente a la enfermería. Antes, habían estado bien con el cappote tanto el propio Fortes como Ponce en el quite que le correspondía.
Recién operado de una cornada salió Jiménez Fortes a matar al sexto y volvió a demostrar que tiene valor a raudales y que quiere llegar alto en la profesión. Asustó al miedo con su valor seco y frío frente a un toro complicado que nunca embistió con fijeza. En la faena de muleta fue cogida de fea manera, provocándole una fuerte contusión. Volvió a la cara del toro para preparar con ayudados mayestáticos al toro para entrar a matar, visiblemente afectado de la paliza. Gran tarde la de este épico Jiménez Fortes que pide paso en la Fiesta.
El segundo de la tarde, un colorado precioso de hechuras, tardó 13 minutos en salir de la manga de chiqueros. Peleó bien el toro en varas y se arrancó con franqueza en banderillas. Le vio condiciones Daniel Luque, que lo brindó al público. Pero le engañó el de juampedro a Luque, que parecía tener transmisión pero que al final no se empleó en la muleta, con medio recorrido y finales deslucidos. Luque estuvo muy por encima del toro. Dejó algunos trincherazos de mucha profundidad y sabor. Luque había estado muy templado y sereno en un quite por gaoneras al primer toro de Ponce.
El quinto fue devuelto a los corrales por una manifiesta endeblez que mostró desde su salida. En su lugar, salió un sobrero del mismo hierro. Daniel Luque se mostró muy por encima del quinto, un toro deslucido, sin entrega y que nunca fue metido en la muleta. Luque, con mucha firmeza, lo intentó, dando la cara en todo momento y buscando el triunfo. El toro lo pisó en un muletazo cayendo el torero al suelo, pero se incorporó raudo y afortunadamente el toro no le cogió. Saludó una cariñosa ovación.

Toros de Juan Pedro Domecq, bien presentados pero de poco juego, deslucidos. Se dejó el primero, noble pero flojo. ENRIQUE PONCE: Oreja y silencio; DANIEL LUQUE: Silencio y ovación con saludos; JIMÉNEZ FORTES: Ovación con saludos en ambos. Entrada: Dos tercios.

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