Conquista su cuarta Catedral de Manizales y El Voceador de La Patria y apuesta firme por la Fiesta en Colombia
Estaba cantado. Nada más doblar el segundo toro y antes de
que perdonase la vida al quinto, el triunfador de la Feria de Manizales
llevaba el nombre de El Juli. Desde la zona de los cafetales hasta los
Nevados se hablaba de su magnífica actuación, aunque la palabra idónea
sería creación. Hasta el procurador de la Nación, Alejandro Ordóñez, comentó a ABC las maravilllas de sus faenas tras
presenciar y apoyar con su presencia la Fiesta en Colombia entre el
fervor popular. «El toreo forma parte de nuestra cultura y lo defenderé
siempre. La última prueba ha sido la actuación de El Juli», manifestó el
procurador.
El madrileño, «pletórico de felicidad», conquistó los máximos premios: la Catedral de Manizales y el Voceador
Pero antes de esa labor al quinto, con el segundo había dibujado una para estudiar en las Escuelas. «Fueron dos faenas distintas, pero en las dos prevalecieron la entrega y el sentimiento»,
dijo el triunfador. La emoción trepó por los tendidos de la Monumental
manizaleña, resonaron los ecos de los oles y los gritos de «¡toros, sí;
Petro, no!».
El Juli, dueño de cuatro Catedrales, sabía que era el
momento de dar el paso al frente y deletrear la torería en Colombia.
«Hay que defender una lidia íntegra en este país, apostar por el arte del toreo».
Apostó y ganó. Vencieron el torero y la afición, el toro y la Fiesta.
¿Podrá superar esta creatividad en España? «Todo es mejorable. Hay que
evolucionar».
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