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viernes, 22 de marzo de 2013

¡Todos debemos ser custodios!


Toro_G

Por  Óscar López Gamboa*
Transcribo parcialmente algunos textos del artículo que el periodista Eduardo Ruiz-Healy, escribió sobre el mensaje del Papa Francisco

He aquí algunas de las sabias y hermosas palabras que el PAPA FRANCISCO, empleó en su homilía dirigida al mundo entero misma que duró aproximadamente quince minutos, fueron de una impactante y profunda reflexión para toda la humanidad; al menos a lo que a un servidor respecta, sí entre ellas la humildad y el valor de la  custodia.

“Pero la vocación de custodiar no sólo nos atañe a nosotros, los cristianos, sino que tiene una dimensión que antecede  y que es simplemente humana, corresponde a todos. Es custodiar toda  la creación, como se nos dice en el libro del Génesis y como nos muestra san Francisco de Asís: Es tener respeto por todas las criaturas de Dios y por el entorno en el que vivimos”.
“Es custodiar a la gente, el preocuparse por todos, por cada uno, con amor, especialmente por los niños, los ancianos, quienes son más frágiles y que a menudo se quedan en la periferia de nuestro corazón”.

“Es preocuparse uno del otro en la familia; los cónyuges se guardan recíprocamente y luego los padres, cuidan de los hijos, y con el tiempo, también los hijos se convertirán en cuidadores de sus padres”.

“Es vivir con sinceridad las amistades, que son un recíproco protegerse en la confianza, en el respeto y en el bien. En el fondo todo está confiado a la custodia del hombre, y en su responsabilidad que nos afecta a todos”.

“Y cuando el hombre falla en esta responsabilidad, cuando no nos preocupamos por la creación y por los hermanos, entonces gana terreno la destrucción y el corazón se queda árido”.

“Quisiera pedir por favor, a todos los que ocupan puestos de responsabilidad en el ámbito económico, político o social, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad; seamos custodios de la creación, guardianes del otro, del medio ambiente, no dejemos que los signos de destrucción y de muerte acompañen el camino de este mundo nuestro”.

“Pero para custodiar, también tenemos que cuidar de nosotros mismos. Recordemos que el odio, la envidia, la soberbia ensucian la vida; custodiar, quiere decir entonces vigilar sobre nuestros sentimientos, nuestro corazón, porque ahí es de donde salen las intenciones buenas y malas; las que construyen y, las que destruyen. No debemos tener miedo de la bondad, más aún, ni siquiera de la ternura”.

Retomando la palabra custodiar a la que hizo mención reiteradamente el Papa Francisco en su homilía, considero menester aplicarla también a todos aquellos que formamos parte de la “pirámide” del mundo de los toros, desde su ápice, estructura, hasta la base de la misma es decir: El toro de lidia como su ápice; los ganaderos, empresarios, matadores, subalternos y periodismo como su estructura y finalmente los aficionados como su base. Estos últimos que como soporte  o andamiaje de dicha pirámide, nos corresponde por derecho propio, ser los ¡custodios!  Ya que con nuestro irrestricto apoyo económico para resguardar celosamente la honradez e integridad de la fiesta brava, exigiendo conforme a derecho a través de las instancias legales correspondientes, a todos aquellos que forman parte de la estructura de dicha pirámide, salvaguarden los principios éticos profesionales a los que están moral y legalmente obligados, para el honesto desarrollo y prestigio del espectáculo taurino, para el cuál todos y cada uno de ellos se debe.

El toro de lidia como ápice del espectáculo que lleva su nombre, históricamente ha sido el más exaltado y venerado del reino animal por el hombre, como también el más vulnerable, merced al desmedido y mundano interés y deshonestidad de los hombres, sin importarles el deterioro de “deidad” que sus ancestros le dieron, desde los principios de las antiguas  civilizaciones que le han inflingido, a tan hermoso espécimen de la raza bovina hasta nuestros días, sobre todo en el medio taurino mexicano donde puede casi asegurarse, que aquel épico ejemplar bovino es prácticamente “mítico”.

Triste y lamentablemente, hemos sido todo lo contrario a los principios  básicos de “custodiar”  en cuanto a la integridad y honestidad de la Fiesta de los Toros, por nuestro “importa-madrismo” pues, por comodidad o cobardía, hemos permitido sé violenten los principios en cita;  esperando siempre, qué otros den la cara por nosotros para que aquellos sean señalados  al momento de acusar, por los principales imputados ya sean (ganaderos, empresarios, matadores, subalternos y periodismo) es decir, la “estructura” dé la pirámide.

Esta mafia corporativista  del toreo, lo que menos le interesa es ser” custodios”, de la verdad de la fiesta sino todo lo contrario; atentar contra de ella de manera soterrada o, abierta y cínicamente en perjuicio de la base de la Pirámide”; es decir, la ¡afición!
Es todo por hoy y hasta la próxima, sí el Divino Creador lo permite.
* Ex Juez de plaza Calafia y comentarista de Grupo Radiorama

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